13 de junio 2002 - 00:00

Lavagna insiste en incomodar a Blejer

Roberto Lavagna se definió ayer totalmente en contra de una ley que garantice inmunidad legal en las decisiones para el directorio del Banco Central. Las declaraciones del ministro se dieron en la primera reunión que mantuvo con el bloque peronista de Diputados. Cuando menos inoportunas resultaron las definiciones de Lavagna, aplaudidas por los legisladores y que afectan directamente a Mario Blejer. Un día antes de la llegada de la misión del FMI a Buenos Aires, aparecieron como el recrudecimiento del conflicto entre el Ministerio de Economía y el Banco Central. Lavagna, además, descartó cualquier posibilidad de aumentos en tarifas de servicios públicos. Y causó sorpresa cuando confesó que «intimó» a Anne Krueger a enviar a la Argentina una misión negociadora y no sólo técnica o que, de lo contrario, no enviara a nadie.

El ministros de Economía, Roberto Lavagna; y el de Interior, Jorge Matzkin, Visitaron ayer en el Congreso al bloque de diputados del PJ.
El ministros de Economía, Roberto Lavagna; y el de Interior, Jorge Matzkin, Visitaron ayer en el Congreso al bloque de diputados del PJ.
Roberto Lavagna firmó la partida de defunción ayer de una posible ley que garantice inmunidad a los integrantes del directorio del Banco Central. Durante su primera visita como ministro al bloque peronista de Diputados, dejó en claro que no está de acuerdo con una norma de ese tipo: «Todos tenemos que hacernos responsables de lo que firmamos», dijo. Esa afirmación hecha en un ámbito donde nunca gustó la ley de inmunidad y que, precisamente, es el que debe sancionar la ley significó enterrar definitivamente la norma planteada por Mario Blejer, pedida por el FMI.

Con tono campechano -se dirigió a todos los diputados con un «compañero», seguido del nombre-, el ministro empezó con una explicación de 40 minutos sobre el plan económico y la situación del país, que muchos consideraron un calco de la charla que Lavagna dio en Olivos ante los gobernadores al inicio de su gestión.

Para ganarse la simpatía de los presentes, comenzó considerando: «No hay que demonizar a las provincias. También hay responsabilidad de la Nación en el déficit». Con eso y un agradecimiento a los diputados por la leyes votadas, ya se había metido el bloque en el bolsillo.

Después, comenzaron las preguntas y precisiones del ministro:

• El salteño Enrique Tanoni fue el encargado de lanzar el tema inmunidades: «¿Cuál va a ser su posición frente al proyecto de inmunidad para los funcionarios del Central?».

«Todos los funcionarios tenemos que firmar numerosas decisiones y medidas que generan algún tipo de participación o el peligro de que puedan ser juzgadas. Son los riesgos que corremos como funcionarios. No sé por qué los funcionarios del Central van a quedar exentos de la posibilidad de que sean judiciables sus medidas. No estoy de acuerdo con esa ley, nadie tiene coronita»
, lanzó el ministro de Economía. Como respuesta recibió un aplauso de pie de todos los diputados, el único en toda su intervención.

• También habló de redescuentos a los bancos. En esto fue terminante: «No hay más porque tenemos que mantener los niveles de reservas y a su vez evitar que se hagan denuncias por discriminación. Cuando la casa matriz del Scotiabank comunicó su decisión de no poner más plata en el país, el gobierno decidió no darle más redescuentos. Con el episodio del Bisel y Crédit Agricole, apareció un grupo argentino que propuso hacerse cargo si le dábamos redescuentos, y también le dijimos que no. Es una decisión tomada».

• Tarifas:
«No va a haber aumento de tarifas, no lo vamos a permitir, más allá de las estacionales», explicó Lavagna y agregó: «Porque la mayoría de las privatizadas tiene estrecha relación con los gobiernos de los Estados europeos. Entonces, no le vamos a conceder aumentos hasta que no haya acuerdo con el FMI. Así, las empresas presionan a sus gobiernos para que presionen al Fondo por un acuerdo».

• Fondo Monetario Internacional: Lavagna planteó la necesidad de acordar con el Fondo pero aclaró:
«Un acuerdo no va a significar una lluvia de plata. El acuerdo va a ser un asiento contable que va a permitir patear para adelante la deuda que se tiene con los organismos. El acuerdo con el Fondo no es ni un megacanje, ni un blindaje». Allí explicó que en julio y setiembre hay fuertes vencimientos con los organismos internacionales y por eso la necesidad de cerrar antes de esa fecha.

«El acuerdo va a generar la posibilidad de sentarse a renegociar la deuda con el resto de los acreedores. No sólo que la Argentina pueda acceder al crédito internacional, sino que las empresas puedan acceder al crédito para reacomodar su capacidad de producción», les dijo a los diputados.

• El momento más interesante de la exposición fue, quizá, cuando contó sus conversaciones con
Anne Krueger. Allí explicó que la discusión final giró sobre si el FMI mandaba a Buenos Aires una misión técnica o una negociadora. Reconoció que el Fondo pretendía que tuviera sólo funciones técnicas. Para asombro, e incredulidad, de muchos, el ministro terminó: «Finalmente, ayer tomamos la decisión de decirle al Fondo: si no mandan una misión negociadora, no manden nada», dijo.

• En cuanto al decreto del
Plan Bono y el «corralito» no hubo mayores precisiones que las conocidas. Explicó el decreto, sintetizó la diferencia entre bonos obligatorios y optativos que existe con el FMI y después explicó las razones por las que el gobierno cree que la salida del «corralito» será reactivante.

• «La reactivación vendrá por tres vías», comentó. «Los planes sociales, aunque los montos son bajos, estarán volcados al consumo y, en casi todos los casos, a productos que se generan en la Argentina», dijo. «La eliminación del CER producirá que todo lo que se deja de pagar a los bancos se volcará al consumo. También ayudará la sustitución de exportaciones y el impulso que darán los bonos del 'corralito' al sector de la construcción y las automotrices.»

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