22 de septiembre 2008 - 00:00

Mucho optimismo y poca sustancia

Mucho optimismo y poca sustancia
Dicen que el Diablo se mete en los detalles. Y detalles y más detalles es lo que falta para que el gobierno instrumente un plan coherente de rescate al sistema financiero.

Según reconocían el presidente de la Fed y el secretario del Tesoro a un grupo de legisladores el jueves por la mañana, el sistema financiero norteamericano se encontraba a horas de implosionar si no se hacía algo significativo y de inmediato. Al final, lo que se hizo fue prohibir algunas ventas en descubierto, garantizar los depósitos de MMF (más alguna otra medida técnica) y empezar a conversar. Por suerte esto bastó, si no para calmar las aguas, para disparar la cobertura de posiciones abiertas (el viernes tuvimos vencimiento de opciones, índices y futuros, y el volumen más alto en la historia del NYSE: 2.980 millones de acciones) y animar a los más arriesgados a tomar posiciones especialmente en aquellos papeles sobre los cuales la SEC había instrumentado -en los hechos- una garantía contra la baja (el viernes, el Dow avanzó 3,35 por ciento, cerrando en 11.388,44 puntos). Si dentro de algunos años mirásemos los gráficos tratando de identificar el punto exacto en que arrancó la socialización del mercado bursátil norteamericano, nadie en su sano juicio diría que eso aconteció la semana que acaba de terminar, ya que el Dow retrocedió un magro 0,3 por ciento; el S&P500 avanzó 0,3 por ciento; el NASDAQ, 0,6 por ciento, y el Russell 2000, 4,6 por ciento.

Sin embargo, fue, al decir de muchos -con más experiencia que nosotros-, la semana más dramática de los últimos 79 años. Sabemos que el plan presentado a los legisladores (que ni siquiera tiene nombre) son apenas tres carillas cuyo efecto se sentirá por décadas y no es más que un pedido de fondos para que el Estado le compre la deuda "mala" al sistema financiero. De ahí en más todo está en discusión (montos, costos, con qué y quién se beneficia, etc.). ¿ Solucionará esto los problemas que enfrenta la economía yanqui/mundial o al menos los que aquejan al sistema financiero? Cualquier aventurero puede emitir una opinión. ¿Pero sobre qué base? Mejor esperar.

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