Una rueda que no define nada en la semana; al llegar al medio del período, la comunidad internacional se encontró con un Dow Jones inexpresivo en sus saldos: viviendo una vigilia tensa, acerca de un manto de piedad que ha sido objeto de observaciones. Así, se diluyó el efecto inmediato pretendido y muy lejos parece quedar la primera rueda, tras los anuncios. En definitiva, 0,3% de rebaja en Wall Street, con tibio sentido alcista en el Bovespa y que aportó casi 1% de nuevo repunte.
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Para los «mervales» porteños, la cuenta dio cifras que se entrechocaron entre sí y por el mismo elemento que originó la distorsión previa: Tenaris, su peso específico en el indicador madre, resultando la ligada al petróleo la principal referencia bajista de todo el circuito.
Esa baja de 4,62% en Tenaris actuó como un lastre pesado para el Merval clásico, que terminó por un resultado casi neutro total: al cerrar la sesión.
Sin embargo, al observar la cartera de «locales» se halla otra imagen: con el M.AR, libre de Tenaris, aportando 0,7% de mejora para su nómina. Mix de indicadores que llevaron una nueva figura repetida de mercado que se mueve en la intrascendencia de fondo, con diferentes superficies que se muestran.
Los negocios
Sin redondear los $ 50 millones de efectivo, una suma muy situada en promedio de estos tiempos, se dio un marco contenido a la mayoría de las especies. Diferencias de 47 acciones con aumentos, por 51 en baja, también indicaron bastante paridad de opiniones según las plazas. El Merval extendido alcanzó altura máxima en 1.668 unidades, después abreviadas a los 1.655 del cierre y cuando el piso había estado en un muy cercano 1.652. Todo ello convalida la idea de una expectativa de operadores, por ver de qué modo se abre el escenario externo y local, con problemáticas de todo tipo. Y la Bolsa, pensativa.
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