Por mucho, la Bolsa nacional volvió a resultar cabeza de ranking -entre los referentes habituales-y llevando una carga contraria de 11% para sumar a la debacle del mes y el año. El Bovespa actuó con algo más de 4% en retroceso, mientras que el Dow Jones extrajo 3,8% de incremento y siendo -sin dudas-el acontecimiento en el período. Desvinculada de todo y de todos, como es una isla de microclima propio, el recinto porteño surcó por cuatro de las cinco ruedas semanales en un tren de recortes que era para aterrorizar al más valiente: baja sobre baja, vo-lumen en suba, un perfil nítido de lo que se llama «corrida» franca de un mercado.
• Jueves, mejor
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El jueves se terminó mal también, en el resultado, pero mejor en la relación de indicadores. Porque el volumen se contrajo, en lugar de seguir dilatando, y esto podía ser una semilla de reversión -al menos, parcial-para concluir la semana. Y se dio de tal modo, mientras el viernes se querían tejer todo tipo de argumentos positivos (como si algo hubiera cambiado) para justificar un repunte Merval cercano a 4 por ciento y que representa solamente el viejo aserto del «serrucho bajista», donde cada baja -después de las recuperaciones-dejan al mercado en un piso inferior al previo. Se perdía 15%, se llegó a 11 por ciento, nada varió en el fondo, salvo el estado de ánimo de quienes «quieren ver». Informate más
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