Los pilotos agrupados en APLA, el gremio que capitanea Jorge Pérez Tamayo, volvieron a amenazar con medidas de fuerza contra la aerolínea LAN Argentina durante este fin de semana. Sin embargo, luego de que el líder sindical convocara a una reunión «informativa» de sus afiliados, la suspendió y dejó trascender que acatarán la conciliación obligatoria dictada el miércoles por la tarde por el Ministerio de Trabajo y que regirá por cinco días hábiles a partir del mediodía de hoy. El conflicto recuerda las huelgas que protagonizó ese sindicato durante todo el año pasado contra Aerolíneas Argentinas, que terminaron con la salida de Antonio Mata -su principal enemigo- de la conducción de la aérea y su posterior remoción como presidente del grupo que la controla. Llamativamente, el miércoles APLA y LAN Argentina habían llegado a un preacuerdo durante una reunión convocada por la cartera laboral en su sede de Leandro N. Alem. Allí la empresa presentó una propuesta para incrementar en 30% los salarios de los pilotos afiliados a APLA, con el fin de igualar sus ingresos con los de los comandantes que se habían incorporado a la aérea en los últimos meses, y que no estaban agremiados; sin embargo, la condición para que se efectivizara ese incremento era que los pilotos aceptaran firmar un nuevo convenio colectivo que modificaría algunas condiciones de trabajo de los aviadores. Fue entonces cuando el gremio pidió la conciliación obligatoria, porque -adujeron sus delegados- precisaban «tiempo para informar a las bases».
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A lo que se opone Pérez Tamayo es a perder peso dentro de la compañía de capitales chilenos, bajo el pretexto de reclamar «a igual trabajo igual salario» cuando en realidad lo que reclama son las fichas de afiliación de los nuevos comandantes y copilotos y los correspondientes aportes mensuales; hasta tanto la empresa no los incluya en el convenio, APLA no firmaría el nuevo, a pesar de que el aumento de 30% ofrecido por LAN equipararía la diferencia entre «nuevos» y «viejos».
Desde la empresa aseguran que «el sindicato viene estirando lo más posible la firma del convenio, y lo entendemos en cierta medida porque siempre los gremios buscan alguna ventaja más. Pero ya a esta altura lo que se trasunta es que el convenio no les gusta porque de algún modo es un acuerdo entre nuestros empleados y nosotros, y la consecuencia sería que APLA tendrá menos influencia».
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