El nivel de ejecución del presupuesto nacional aparenta estar en niveles similares al promedio habitual o incluso por encima del promedio. Por caso, la Secretaría de Hacienda informa que al 5 de junio último llevaba ejecutado un 53% de los créditos asignados.
Si el Presupuesto reflejara la inflación, la ejecución hasta mayo habría sido de sólo el 15%
Se trata de una estimación. Según los datos que presenta el Ministerio de Economía el nivel de gasto estaría por encima del 50% del crédito vigente, pero el ajuste del gasto real es del 24,5%.
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De acuerdo con datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), en mayo del año pasado el gobierno llevaba gastados el 36% de los recursos asignados, un nivel que se podría decir que entra dentro de los parámetros.
Claro está que para medir realmente si hay sub ejecución o sobre ejecución se requiere de presupuestos consistentes, algo muy complicado de lograr en contextos políticos adversos para el oficialismo de turno, o porque se suelen subestimar la inflación al elaborar la pauta de gastos e ingresos cuando se presentan los datos al Congreso cada 15 de septiembre.
Este año, por caso, el oficialismo decidió prorrogar el presupuesto 2023, pero sin hacer una estimación de la inflación para todo el período. Entonces arrancó el 2024 con un crédito de $40,2 billones, igual al que había terminado el 2023. Luego le sumó más créditos vía Decreto de Necesidad y Urgencia, con la cual ahora el presupuesto es de $55,8 billones.
Algunos analistas advierten que si el gobierno hubiera actualizado los créditos del presupuesto 2023 con la inflación mas parecida a la que va a transcurrir durante el año, el nivel de ejecución presupuestaria quedaría muy por debajo de 53%.
El economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, plantea que tal como figuran los datos que presenta el Ministerio de Economía, el nivel de ejecución del presupuesto “estaría más que bien”.
“El problema es que lo estás haciendo sobre el presupuesto del año pasado. Si se actualizara estarían en un nivel de ejecución del orden del 15%]”, planteó el economista.
Hay que tomar en cuenta que si bien el año arrancó con un nivel de inflación anualizado de más del 720% sobre el cierre está previsto que sea inferior y cerraría con un nivel parecido al del año pasado, unos 290%.
Suena ilógico que mientras que el gobierno viene haciendo ajustes del gasto de 25% en los primeros cinco meses del año, el nivel de ejecución presupuestaria se ubique por encima del 50%, lo que es asimilable a una administración que gasta mucho.
En rigor, este gobierno estaría ejecutando el presupuesto en un nivel que sería de algo menor de la mitad de lo que debería ser si los créditos estuvieran actualizados al nivel de la inflación esperable hasta diciembre.
Qué dicen los datos oficiales
Según el último informe de la OPC, “el nivel de ejecución respecto del gasto total devengado ($28,7 billones) representa el 52,3% del crédito vigente al 31 de mayo de 2024”.
De allí que se desconfiguren los datos sobre el dinero gastado hasta el momento en los diferentes programas. Por caso, el organismo dice que “las transferencias a universidades (68,8%) y los subsidios a la energía (65,2%) sobresalen por su nivel de ejecución avanzado”.
“En tanto, las transferencias corrientes a provincias (11,4%) y los gastos de capital (15,2%) son los rubros de menor ejecución”, indica. Otros números indican que en prestaciones sociales se lleva gastado el 54,2% del dinero asignado; subsidios, 56,6%; Personal, 58,6% y Bienes y Servicios,36%.
Pero, en rigor, en los primeros 5 meses del año, el gasto corriente está cayendo el 24,4% respecto de igual período del año pasado, tomando en cuenta sólo la Administración Pública Nacional (APN) que informa el importe devengado.
En el caso de las jubilaciones se llevan erogados $10,3 billones con un recorte del 25,7% real interanual; asignaciones familiares, $1,8 billones, con una retracción del 6,7% real; pensiones no contributivas, $1 billón, con una baja del 27,8%; prestaciones del PAMI, $292.000 millones con una caída del 31% y programas sociales, $1,7 billones, $36,7 billones.
Dentro estos últimos, los programas Potenciar, Volver al Trabajo y acompañamiento registra merma del 54%, políticas alimentarias, 15% y Becas Progresar,50%.
En subsidios económicos, en tanto, se devengaron gastos por $3,2 billones, lo que implica un ajuste de 32,8% interanual mientras que las transferencias a las universidades cayeron 84% real respecto de igual período del año pasado.
El único rubro del gasto que registra un incremento real entre enero y mayo de este año es el pago de intereses de la deuda que se incrementó 1,5%, con un total de $4,2 billones.
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