5 de julio 2007 - 00:00

Un 4 de julio que dio para celebrar

Un 4 de julio que dio para celebrar
Aunque el centro de esta columna es lo que ocurre en el mercado accionario norteamericano (con énfasis en el Dow), esto no impide reconocer que la preeminencia del mayor sistema bursátil del mundo es menor cada día que pasa. Todavía no ha llegado el momento (si es que llega) de colocar el carro delante de los caballos, pero es notorio que de tanto en tanto esto ocurre. Dejando esto de lado podríamos argumentar que la suba promedio que tuvieron ayer los ADR de las empresas estadounidenses (poco más de 0,5%) en Europa y Asia fue simple inercia ante las buenas ruedas del lunes y martes. Pero lo cierto es que el Viejo Continente -aun con los clásicos bajos volúmenes de cuando Wall Street cierra)- ganó suficiente terreno por causas propias (el anuncio que el grupo Blackstone se queda con la cadena hotelera Hilton en u$s 20.000 millones, fue la principal novedad para este lado del Atlántico), como para decir que por segunda rueda consecutiva las acciones de todo el planeta marcaron un nuevo récord histórico (medido por el índice MSCI).

  • Contribución

  • Sin ser fundamental, también contribuyó a esto el retroceso de las eurotasas, que produjo un leve reacomodamiento bajista a lo largo de toda la curva de riesgos; y la curiosa merma del petróleo -versión WTI-en el mercado electrónico donde quedó en u$s 71,4 por barril (curioso porque el Brente trepó a u$s 72,9, el punto más alto desde fines de agosto del año pasado, ante la creciente tensión en Nigeria). En el tema tasas es importante lo que se espera de las reuniones que hoy celebran el Banco de Inglaterra (una suba del costo del dinero) y el Banco Central Europeo (señales de suba a futuro), lo que explica los movimientos de la libra esterlina (suba ante el dólar), el euro (practicante sin cambios) y el yen (un nuevo retroceso). La suba del oro a u$s 655,2 por onza, a pesar de las fuertes ventas del Banco Central Europeo (por razones básicamente contables), no tuvo demasiado efecto ya que se lo vinculó al incremento de la seguridad en Inglaterra y los EE.UU. ante los festejos del 4 de julio. De no ser por esta cuestión, la de las amenazas terroristas, el festejo hubiera sido total.

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