14 de junio 2018 - 17:45

Un dólar que flote es parte del acuerdo con el FMI

Un dólar que flote es parte del acuerdo con el FMI
Al igual que para el resto del mundo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) quiere un tipo de cambio libre en Argentina, un valor de mercado que sea reflejo de la productividad de la economía local y no de su pretensión de querer vivir de los demás.

El organismo multilateral de crédito pretende que el país tienda a un equilibrio en las cuentas externas. Un dólar atrasado como el de hace sólo semanas atrás, reflejaba más que nada la pretensión del país de vivir de los créditos externos, mientras discutía como hacer un ajuste.

El gradualismo de pizarrón pretendía tomar deuda por u$s 30.000 millones por año (es decir, u$s 120 mil millones en 4 años de presidencia). Para tomar dimensión, en 2001 Argentina declaró el default dejando impago casi u$s 80.000 millones.

La actual crisis cambiaria puso en evidencia que Argentina tiene menos crédito externo del que el gradualismo pretendía, y por ello la necesidad de pedir el rescate del FMI, en calidad de prestamista de última instancia.

En este marco, la disparada del dólar este jueves (hasta casi los $ 28,50 en bancos y agencias de la city porteña) es parte del acuerdo con el FMI, no es casualidad. El precio del tipo de cambio será libre en el nuevo programa económico acordado con el organismo. No se podrá mal gastar dólares ante corridas, ni financiar un déficit externo insostenible. Por eso, este salto no debe sorprendernos, es razonable no sólo en el marco de este acuerdo sino por la falta de otras fuentes de crédito externo.

• Prioridad en el acuerdo: Dejar de emitir

El acuerdo ahora exige frenar la creación de dinero. Ello implica que ya no se podrá emitir para financiar al gobierno, ni para acumular reservas, y también exige reducir el stock de Lebac, para dejar de emitir para el pago de sus intereses.

Vale advertir que hoy los intereses de las Lebac son el único factor de creación de dinero, que a tasas de interés del 40%, al anualizarlo implica emitir $ 500 mil millones en intereses.

Esta creación de dinero pone un piso de crecimiento de los agregados monetarios del 20% interanual.

Para frenar esta creación de dinero que genera el pago de intereses de las Lebac, el FMI exige su desarme. Para ello, el Gobierno venderá parte de los dólares en el mercado cambiario y en paralelo se podrá bajar las tasas de interés. Quien no vea atractiva la inversión en Lebac con tasas más bajas y por ello quiera dólares, estará el Tesoro vendiendo en el mercado.

Bajo esta metodología se prevé reducir el stock de Lebac en u$s 21.000 millones en el plazo de 3 años, lo que permitirá disminuir su stock a la mitad hasta representar 5% del PBI en 2021.

En definitiva, el FMI otorgó un importante apoyo político a punto tal que dejó que sea el propio Gobierno quien reformule el gradualismo, pero con metas concretas y sin espacio para voluntarismos.

El apoyo del FMI vino justo cuando el mercado ya le daba la espalda al gobierno por un gradualismo que no cumplía ni sus propias metas, en un contexto donde la oposición aprovechó para hacer populismo de vieja escuela, arriados por la misma cepa que nos trajo a esta crisis.

(*) Director de Econométrica

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