6 de julio 2007 - 00:00

Una baja atípica en una semana ilíquida

Una baja atípica en una semana ilíquida
Dos historias claramente distintas. Una para el NASDAQ, que ganó 0,44%, en parte por el optimismo que está despertando el éxito de Apple con su nuevo teléfono (este papel junto con Google cerraron marcando máximos históricos), lo que para algunos preanuncia que las ganancias que a partir del lunes comienzan a reportar las cotizantes (por el segundo trimestre) serán especialmente favorables para el sector tecnológico. Otra para el resto del mercado, según muestra el 0,08% que retrocedió el Dow (quedó en 13.565,84 puntos) y el insignificante 0,03% que avanzó el S&P 500, lo que para otros refleja el temor a que el costo del dinero continúe creciendo (la tasa libre de riesgo a 10 años finalizó el día en 5,144 por ciento anual).

  • Significación

  • Si bien la figura que encabeza esta columna habla de una baja, lo cierto es que si descontamos el efecto de General Motors, que se desplomó 3% (con pobres ventas durante en junio), el resultado hubiera sido neutro, un neutro que con el bajo volumen negociado cobra especial significación (con muy poco dinero se hubiera podido "mover" el mercado en cualquier sentido).

    Lo curioso es que las noticias del día fueron mayoritariamente positivas (se confirmó la venta de la cadena Hilton desatando un frenesí dentro del sector hotelero; según ADP, el empleo está creciendo al ritmo más elevado en siete meses, el crudo trepó a u$s 71,81 por barril -menos de lo esperado luego del feriado del miércoles-, el Banco de Inglaterra y el Europeo actuaron de acuerdo con lo esperado y el promedio mundial de todas las Bolsas marcó un nuevo récord histórico, etc. ) y lo que está por venir luce prometedor (es claro que el incremento de las ganancias esperadas para último trimestre, un magrísimo 4%, podría ser fácilmente superado).

    La jornada de ayer queda entonces como una "rareza" o una señal de que algo podría no estar demasiado bien. El tiempo, como siempre, será el encargado de contestarnos. Mientras tanto, debemos reconocer que quienes prolongaron el fin de semana son los menos optimistas.

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