3 de enero 2007 - 00:00

¿Vuelven a parar estaciones?

Es probable que en los últimos días del mes surja una nueva amenaza de paro por parte de los trabajadores de las estaciones de servicio, cuando la mayoría de los turistas regresen de las vacaciones. Esto es así porque el viernes pasado la medida de fuerza se levantó más por la presión del gobierno que por haberse alcanzado un acuerdo completo.

Se estima que hoy operan en el país unas 5.000 estaciones de servicio. De éstas, unas 570 son propiedad de las petroleras, las que se comprometieron a aplicar el ajuste de 19% en dos etapas a sus operarios. Esta posición incluye a Shell que se acopló a las negociaciones a último momento.

Para el resto de las bocas de expendio la situación está todavía por definirse. Las petroleras aceptaron «colaborar» con las estaciones de su bandera en la medida en que se confirme que no tienen recursos para pagar el ajuste salarial, pero no dieron un criterio general, sino que prometieron estudiar «caso por caso» y en ningún momento fijaron una cifra concreta.

Esto significa que las estaciones que tienen contrato con alguna petrolera y son propiedad de terceros, recibirán alguna ayuda que no será igual para todas.» No hay un tope y se evaluará la situación de cada uno, considerando no sólo la venta de combustibles, sino el negocio completo, desde los lubricantes hasta los maxikioscos», dijeron ayer en una petrolera. «Si un expendedor tiene cuatro estaciones de GNC, seguro que no necesita ayuda», agregaron.

Por su parte, Rosario Sica, titular de la Federación de Expendedores de Combustibles, dijo: «Ni siquiera sabemos cuánto nos van a dar y no hay coincidencia sobre cuándo se puede considerar que una estación es rentable».

Según Sica, una estación se puede considerar que «está en equilibrio cuando es dual (vende combustibles líquidos y GNC) o venden entre 200.000 y 230.000 litros mensuales». Sin embargo, las petroleras hablaron de auxiliar a los que venden menos de 180.000 litros mensuales. Estas, según Sica, si sólo venden líquidos trabajan directamente a pérdida, aun antes de pagar el aumento de salarios.

Por otra parte, quedan 1.200 estaciones «blancas», que no tienen contratos con petroleras, y atraviesan desde ya una situación complicada porque pagan más por el combustible que las de banderada. Para las blancas , el gobierno prometió un subsidio por seis meses que les permita pagar la suba de salarios.

En principio, parece difícil que el subsidio estatal pueda resolverserápidamente, y lo mismo pasa con las negociaciones entre las petroleras y las estaciones bajo contrato.

Lo que está ocurriendo es consecuencia de la decisión del gobierno de no modificar los precios de los combustibles en principio durante todo 2007. Ya los expendedores de GNC firmaron un acuerdo en ese sentido, pero previamente les aseguraron que el gas natural no tendrá aumento.

  • Malestar

    Pero el GNC dejaría todavía cierto margen de rentabilidad para los expendedores, al punto que una estación dual también lo alcanza. Con los líquidos, en cambio, hay malestar desde hace un año entre los expendedores porque dicen que operan casi sin beneficio al estar los precios congelados desde 2003.

    El gobierno y las petroleras creen que el aumento de las ventas y los otros negocios que realizan los expendedores, les permitió mejorar la utilidad. Esa es la discusión que comenzará a darse mañana si se cumple una primera convocatoria del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

    Un dato a considerar es que éste es el primer forcejeo del año debido al congelamiento de precios. A partir de marzo, cuando vuelva a aumentar la demanda de gasoil por parte del campo, resurgirá la resistencia a importar el combustible a un precio más alto del vigente en el mercado local.
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