“Es un evento extraordinario que no debiera haber ocurrido de ninguna manera. No hay razones para que esto haya ocurrido”. El secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, lanzó ayer esta frase, en lo que se convirtió en un sincero reconocimiento sobre la gravedad de la situación generada por el gran apagón sufrido en toda la Argentina. Dijo además que las causas no se podían precisar y que el Presidente siguió el caso “minuto a minuto”. El apagón afectó también a Uruguay y Brasil, y, con el pasar de las horas, una de las versiones más fuertes apuntaba a una falla en una torre en el sistema de transporte del Litoral, a partir de un exceso en la humedad. Pero que, en el fondo, se debió a una falta de mantenimiento de la empresa responsable del servicio: Transener. Y, en paralelo, también de Cammesa y del Enre como el organismo encargado de fiscalizar que todas las inversiones se realicen en tiempo y forma, así como que el mantenimiento y el sostenimiento de la provisión de energía estén a la altura de las circunstancias. El Gobierno prometió ayer una investigación profunda y que, cualesquiera que sean los responsables, éstos recibirán las sanciones adecuadas. La situación desnudó además una triste realidad: Paraguay no se vio afectado porque sostiene un muy buen mantenimiento de su sistema eléctrico (generado, al igual que Argentina, desde Yacyretá), y Uruguay salió a socorrer al país aportando la energía primaria para que vuelva el servicio.
Apagón: una gran mancha al Gobierno
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