El prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, compareció ayer
ante el tribunal que lo juzgará por la matanza de unos 30
campesinos oficialistas. Afirmó haber sido detenido de modo
ilegal.
La Paz (Reuters, ANSA) -El prefecto (gobernador) de Pando, Leopoldo Fernández, amenazó con suicidarse por temor a ser linchado cuando lo detuvieron por la masacre de campesinos cometida en esa región boliviana, reveló ayer el fiscal de la causa. El letrado, Eduardo Morales, hizo la revelación durante la audiencia de medidas cautelares en la que se rechazó el pedido de libertad condicional de la defensa. «Cuando llegó a La Paz pedía un arma para suicidarse por temor a la turba que lo esperaba. En consideración a su estado, quienes lo trajeron pidieron que no se lo traslade a la policía judicial, como correspondía», dijo Morales.
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La declaración de improcedencia del recurso de hábeas corpus presentado por la defensa abrió la posibilidad de que el prefecto sea ahora juzgado por homicidio simple, a requerimiento del fiscal. La defensa, por su parte, argumentó que Fernández fue detenido en forma ilegal, sin requerimiento judicial y violando sus derechos constitucionales y judiciales. Anoche el juez ordenó su encarcelamiento formal por existir peligro de fuga. El propio prefecto reiteró su denuncia previa, sobre que fue detenido «con engaños» por los militares y que se enteró de su condición de detenido recién cuando llegó al aeropuerto de Pando, después de ser «invitado» por los militares a una reunión.
La defensa argumentó que Fernández goza del beneficio constitucional de «caso de corte», en su condición de prefecto electo de un departamento ( provincia), y que para juzgarlo se requiere autorización del Congreso. El fiscal acusa a Fernández de homicidio de al menos 30 personas en una emboscada de seguidores del prefecto contra campesinos oficialistas.
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