17 de agosto 2010 - 00:00

Confusa muerte de un joven en Vicente López

Ignacio se reunió con sus amigos en la casa de uno de ellos. El plan era juntarse a tomar y luego ir a bailar, pero la noche terminó en tragedia cuando murió de un disparo.
Ignacio se reunió con sus amigos en la casa de uno de ellos. El plan era juntarse a tomar y luego ir a bailar, pero la noche terminó en tragedia cuando murió de un disparo.
Un joven de 21 años fue encontrado muerto ayer de un balazo en la cabeza en una casa de Vicente López, y los investigadores creen que la víctima se disparó accidentalmente cuando manipulaba un arma junto con un grupo de amigos con los que bebía y hacía «la previa» para ir a bailar.

Fuentes policiales y la familia del joven fallecido dijeron que sobre la base de los dichos de testigos se trató de un accidente y que todo indica que el autor del disparo fue la propia víctima, aunque la Justicia aún investiga si se trató de un suicidio o de un homicidio culposo.

Fuentes policiales identificaron a la víctima como Ignacio Rosendo Burns, cuya madre admitió que cuando su hijo «tomaba, se perdía un poquito». El hecho ocurrió poco antes de las 2, en una vivienda situada en Laprida 1320, de Vicente López, en la zona norte del conurbano, donde estaban reunidos Burns y cinco amigos, entre ellos, el hijo del dueño del inmueble.

Según las fuentes, a las 2.10, un llamado al 911 alertó a la Policía de que uno de los jóvenes había resultado baleado, por lo que personal de la Comisaría 5ª de Vicente López se trasladó hasta el lugar. Al llegar a la casa, los efectivos hallaron a Burns muerto en el piso de la cocina, con un balazo en la cabeza, dijeron los informantes.

Los voceros policiales señalaron que los otros cinco jóvenes de entre 17 y 21 años que estaban allí coincidieron en relatar que se había tratado de un accidente. De acuerdo con esa versión, todo comenzó cuando el hijo del dueño de casa fue hasta una habitación contigua a la cocina donde estaban reunidos y de una repisa tomó una pistola 9 milímetros marca Glock, de su padre, de apellido Gómez.

Siempre según el testimonio de los amigos, Gómez hijo comenzó a manipular el arma y luego la tomó Burns, quien, a modo de juego, se apoyó el caño del arma en la cabeza y disparó, al parecer, accidentalmente.

En un primer momento, el episodio fue dado a conocer de manera confusa, ya que algunos voceros dijeron que fue otro chico quien, jugando, le disparó a Burns, aunque esa posibilidad es la que menos fuerza cobró para los pesquisas.

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