30 de mayo 2014 - 00:00

De los libros de historia a desopilante comedia negra

Lucila Gandolfo compone una maestra norteamericana de múltiples facetas y Nahuel Bazán aporta frescura y autenticidad a un gauchito apasionado e ingenuo, con el que finalmente tiene mucho en común.
Lucila Gandolfo compone una maestra norteamericana de múltiples facetas y Nahuel Bazán aporta frescura y autenticidad a un gauchito apasionado e ingenuo, con el que finalmente tiene mucho en común.
"La ogresa de Barracas". Libro y Dir.: G. Demaría. Int.: L. Gandolfo y N. Bazán. Esc. y Dis. Luces: G. Córdova. Vest.: J. Suárez. (Sala Hasta Trilce)

El antiguo dilema entre "civilización y barbarie" formulado por Sarmiento para explicar los grandes males argentinos, dio pie a una desopilante comedia negra hablada en inglés y en español, donde se narra el encuentro entre una maestra norteamericana (contratada, a fines del 1800, por el Gobierno argentino) y un joven campesino prófugo de la Justicia. La pieza combina el folletín gauchesco, el cuento de hadas en clave gótica y la leyenda urbana de ribetes policiales (en la línea de Jack el destripador) y se desarrolla como un enfrentamiento idiomático plagado de malentendidos y juegos de palabras. El recurso suscita una franca comicidad; pero también deja entrever otros conflictos ligados a nuestra identidad y a nuestros ideales como nación.

Miss Miller es una bostoniana arrogante, con ínfulas de europea, que desprecia profundamente a esta comunidad de "salvajes" representada por Floro, un gauchito andrajoso, sin instrucción y gran admirador del bandido Juan Moreira. La maestra sólo considera "humanos" a quienes poseen una educación formal. No obstante, descubrirá en el joven iletrado varios puntos en común: ella, en realidad, es una asesina de niños pobres que cree estar cumpliendo una misión "higiénica" al salvarlos de un destino degradante, mientras que Floro ha matado a toda su familia impulsado por una confusa mezcla de honor y piedad. Lucila Gandolfo compone a una ogresa de múltiples facetas (bruja, trastornada, dama elegante y maestra autoritaria) y se luce como cantante ya casi sobre el final de la pieza. A su lado, Nahuel Bazán le saca muy buen partido a ese gaucho apasionado e ingenuo, al que le aporta gran frescura y autenticidad. Ambos intérpretes divierten con sus enredos lingüísticos durante la infructuosa clase de inglés.

El texto de Gonzalo Demaría rezuma gracia y erudición, sin embargo, los extensos monólogos de la ogresa (de un inglés impecable) tienden a paralizar la acción y a la vez demandan una atención extra a quienes deben seguir, también, el subtitulado en español. Un recurso, que más allá de su funcionalidad, podría enriquecer el juego actoral si se lo incorporara a la acción dramática.

"La ogresa de Barracas" reelabora un pasaje de nuestra historia con irreverencia y seductora teatralidad. Cabe recordar también que es la precuela de "La maestra serial", unipersonal protagonizado por Lucila Gandolfo en El Camarín de las Musas.

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