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Debuta el nuevo Congreso: hasta marzo sólo discutirán comisiones
A pesar del acuerdo votado en el recinto de Diputados el 3 de diciembre, cuando oficialmente el Gobierno perdió el control de esa cámara, aún no existe consenso entre el kirchnerismo y la oposición ni dentro de cada una de esas fuerzas sobre los nombres que presidirán e integrarán cada comisión. Y menos aún sobre la constitución de las bicamerales que en general controlan al Poder Ejecutivo y que no fueron acordadas en la sesión de diputados. En ese terreno, la guerra recién comienza, sobre todo en la encargada de controlar los fondos de la ANSES y en la que debe ratificar o rechazar los DNU presidenciales.
Cuarto intermedio
Ayer, la reunión entre diputados del oficialismo y la oposición que debía comenzar a definir esa composición de las comisiones pasó a un cuarto intermedio hasta hoy por pedido del oficialismo.
El kirchnerismo pidió tiempo para poder «terminar la nómina de legisladores que ocuparán las vocalías» de las 45 comisiones. El santafesino Agustín Rossi alegó que no cuenta aún con los datos completos de todos los nuevos diputados. «No se habló de las presidencias; acá lo que se analiza es la integración», dijo la oficialista Patricia Fadel. La pelea, entonces, está recién en sus comienzos.
En el Senado, a pesar de que hasta ahora no se vieron disputas públicas como en Diputados, la situación no es la mejor para el oficialismo. Allí el kirchnerismo tiene desde hoy el 44% de las bancas; el radicalismo, el 20% y el resto se reparte entre el peronismo disidente y los partidos provinciales.
Y en las comisiones, el Gobierno quedará en una situación similar a la que vivirá en las más importantes de Diputados. En todas las comisiones del Senado, el oficialismo estará un voto por debajo del quórum, lo que le complicará emitir dictámenes o, al menos, deberá negociar mucho más que hasta ahora.
Miguel Pichetto, jefe de la bancada kirchnerista, ya se resignó a esta realidad, aunque seguirá peleando con la oposición durante todo diciembre por los cargos en las comisiones. Ayer, comenzó a reunirse con el resto de los presidentes de bloque, especialmente con el radical Ernesto Sanz y con el PJ no oficial. Allí comenzaron a diagramar el nuevo esquema de jefaturas de comisiones con la clara idea de que el Gobierno deberá entregar presidencias y vicepresidencias.
Al mismo tiempo, el Senado mostraba ayer el panorama clásico de un día de recambio de bancas. La pelea por ocupar los despachos ya era feroz. Mientras algunos senadores preparaban su mudanza, otros buscaban garantizarse su oficina por los próximos seis años. Una caso típico fue el de Beatriz Rojkés de Alperovich, que llegó a poner un empleado a dormir en el despacho que hasta anoche fue del tucumano Julio Miranda para asegurárselo. Miranda tuvo hasta ahora una de las oficinas más envidiadas en el Senado, que, además, se halla en el Palacio, no en el Anexo, una ubicación peleada por todo senador que pretenda demostrar poder.
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