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Diálogos en Wall Street

Periodista: ¿Qué pasó? El S&P 500 amagó atacar los récords. Merodeó a un par de puntitos y se retiró. El Dow Jones, más tarde, llegó a hundirse más del 1%. Los balances del día fueron muy buenos y se supo desde temprano; Europa dejó una posta positiva; pero el mercado, a media rueda, no hizo pie. Y ahora se apresta a terminar el día como si nada.
Gordon Gekko: A ratos hay ganas de correr. Lo que no se sabe es hacia dónde.
P.: Nadie está muy convencido. Ni en un sentido ni en otro.
G.G.: En la duda, en enero, stay put, (quédese quieto). Estamos a un tris de los máximos. Las dudas no parecen tan profundas tampoco.
P.: Vimos buenos balances y aun así hubo castigo para los papeles. Es el caso de Verizon.
G.G.: Al comenzar la rueda se habían difundido 17 balances y todos salvo uno batieron las expectativas del consenso.
P.: Buenas noticias y malas respuestas accionarias. No solía ser así. Antes la Bolsa trepaba aun con las malas noticias.
G.G.: El Fondo Monetario Internacional reforzó sus pronósticos de crecimiento mundial para este año. Tampoco hubo eco.
P.: No es buena señal.
G.G.: A decir verdad, no parece demasiado relevante. Y no hay derecho a queja. La Bolsa anticipó esta mejoría (y con creces).
P.: Por momentos, la impresión que uno tiene es que el mercado está al borde de sufrir un ataque de pánico.
G.G.: El Dow Jones se movió hoy (por ayer) en un rango de 200 puntos. Y si bien, a los precios actuales, ya no es una variación tan importante, puede que alguien se impresione. Pero es un problema personal de ansiedad. Los volúmenes que se están operando son bajos y ello agrega volatilidad. Pero si usted miraba el S&P 500 la caída era un tercio de la del Dow Jones. Y, en el peor momento, el NASDAQ cotizaba neutro. Cuando hay pánico no hay distinciones. Se vende todo y después se pregunta. Y aquí estuvo siempre claro que el retroceso estaba ligado a tres papeles: IBM, Goldman Sachs y Verizon. IBM presenta balance después de hora, y las dos últimas veces decepcionó. De ahí, el lastre.
P.: Goldman Sachs publicó un análisis reciente señalando que, a su juicio, la valuación de Wall Street está excedida. Es llamativo porque Goldman suele batir siempre el parche del optimismo. Y hoy (por ayer) se conoce una encuesta de Merill Lynch en la que los administradores de cartera sostienen lo mismo.
G.G.: Correcto. Una de las razones que esgrimen los bears (los pesimistas) es que las carteras están demasiado cargadas de acciones. Que es un mercado donde todos están subidos al mismo barco. Hay un sondeo que parece darles la razón: allí los profesionales más agresivos están el 150% invertidos en la Bolsa y los más negativos, no están cortos ni fuera del mercado, sino que mantienen entre el 15% y el 50% de su portafolios en acciones.
P.: Increíble.
G.G.: La encuesta de Merrill Lynch lo relativiza. De movida, el porcentaje de inversores profesionales que considera a la Bolsa sobrevaluada es el más alto desde septiembre de 2000.
P.: Sí, pero cómo saber si su dinero está alineado con las palabras.
G.G.: Son muestras diferentes. Y las cifras no son directamente comparables. Pero lo que se advierte es que los escépticos han aumentado el efectivo en sus portafolios.
P.: ¿Y eso es bueno o malo?
G.G.: Si todo el mundo es optimista, y todo el mundo compró, es difícil que la Bolsa suba. Sabemos que el inversor minorista desconfía, y es bueno que también duden los profesionales, y más, si tienen efectivo disponible a mano.
P.: Le pregunto a usted. ¿La Bolsa no subió demasiado?
G.G.: Sumando ganancias de capital más dividendos, el S&P 500 creció el 54% en los dos últimos años.
P.: ¿No piensa que la valuación actual es excesiva?
G.G.: Admitiendo todas las limitaciones para emitir un juicio, le diría que sí. Tome el ratio precio/ganancias de Shiller, por caso, y verá que se encuentra en el decil más elevado de la serie histórica (o sea, desde 1871).
P.: Pero aún así es de la idea de que el rally seguirá su curso.
G.G.: En esta primera parte del año, sí. La valuación secular no es una buena herramienta de trading. ¿El mercado está caro? Sí. Pero puede encarecerse más. Y si se abarata, creo que hay mucho dinero esperando para entrar.
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