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Furia de UCR con Vidal por "premio" para el PJ
• ECOS EN INTERNA POR COMITÉ PROVINCIA Y ANTICIPO DE RIÑA 2017
Radicalismo ya advierte pelea en Cambiemos por la confección de listas y reprocha decisiones inconsultas. Puja también por conducción.

Dulces. Mauricio Macri visitó ayer la tradicional fábrica de alfajores Capitán del Espacio, de la localidad bonaerense de Quilmes.
A modo de queja formal, Alfonsín cuestionó que de manera "inconsulta" se decida la incorporación de figuras y sectores políticos que, da a entender, no respetan los "valores" e "ideas" asociados a la "ética republicana" que quiere expresar Cambiemos. En criollo: ese sector de la UCR dispara contra el ingreso del peronismo, visibilizado en el ministerio que ocupará Joaquín De la Torre, pero sobre todo por el vínculo con otros caciques del PJ.
"La primera condición para afianzar Cambiemos tiene que ver con la necesidad de asegurar un trato considerado y respetuoso entre sus integrantes", dice el manifestó radical. Expone, escrito, lo que los dirigentes dicen más veladamente y se vincula con la intención del PRO de sumar, a Cambiemos, una "pata peronista". Es, a la vez, una respuesta a las posturas de funcionarios de Vidal como Axel Campbell, subsecretario de Asuntos Municipales, que salió a plantear que en 2017 quería que haya más PRO y menos radicalismo en Cambiemos. A pesar de los chirlos que recibió del Gobierno por hacer un comentario prematuro en exceso, la UCR lo tomó como una declaración de guerra.
Aparecen, en ese revuelo, otros elementos. Veamos:
•el principio, Vidal tuvo una mirada reservada hacia la UCR y hay un episodio que prefiguró ese trato: cuando le ofreció el ministerio de Salud a su vice, Daniel Salvador, éste planteó el nombre de Luis Blanco, un dirigente que la gobernadora consideró inadecuado para el cargo. En verdad, Vidal quería al radical de La Plata, Claudio Pérez Irigoyen, pero Salvador propuso a un nombre de su espacio. "Mariu no quiere que el gabinete sea un lugar donde el radicalismo juegue su interna", explicó, entonces, un operador de la gobernadora. Resultado: Vidal puso a Zulma Ortiz en Salud.
•hubo, ni antes ni después, vínculo fluido con el resto de la UCR. En rigor, como el resto del mundo político, los radicales bonaerenses jamás creyeron que Vidal sería gobernadora. De hecho, a pesar de lo dados que son a las internas, ni pulsearon por poner el candidato a vice donde terminó sentado Salvador. Vidal les aplicó la misma regla que a otros: al frío anterior le pagó con frío posterior. Por eso, ahora Alfonsín y en parte Salvador se quejan de que la gobernadora no los consulta ni les da espacio a la hora de tomar decisiones.
•otro factor que interviene es la pulsión endogámica de la UCR, que en octubre debe elegir autoridades del comité provincia, que actualmente preside Alfonsín. Salvador quiere ese lugar para sumar poderes: la vicegobernación y la jefatura del partido. El alfonsinismo impulsa al senador Carlos Fernández. Apareció, por un atajo, un sector de la UCR que reporta a Ernesto Sanz, que ordena el diputado provincial Maximiliano Abad. La irrupción de ese clan marca un distanciamiento entre Sanz y Salvador.
•mendocino quiere expresar en Buenos Aires lo mismo que a nivel nacional: al radicalismo más macrista, la alineación absoluta. Para expresar esa postura, quiere expandirse y tomar volumen, por eso inició diálogo con otros actores, como el radical silvestre Gustavo Posse, alcalde de San Isidro. Esa tercera posición empezó a pujar, también, para discutir la jefatura del Comité provincia que se resolvería en octubre. Le piden a Salvador que rehúse a pelear la jefatura y le deje el lugar a otro dirigente, algo a lo que se resiste.
•fondo, y por eso el reproche de "inconsulto" que denunció el Comité que preside Alfonsín, está lo que pasará en 2017, cuando haya que discutir las boletas electorales de Cambiemos: en el radicalismo se reproduce, y no sólo en el bonaerense, la posición de disputar internas con el PRO. Se trata, hasta acá, de amenazar a largo plazo.
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