La muerte de Qantar, que se produjo el sábado, fue anunciada ayer en un comunicado por el grupo chiita, que afirmó que "aviones del enemigo sionista bombardearon a las 22.15 un edificio residencial en Yaramana, en Damasco, y mataron a un luchador, decano de los presos libaneses en cárceles israelíes, así como a varios ciudadanos sirios".
La televisión Al Manar, de la agrupación terrorista, mostró el edificio atacado por la aviación israelí, en el que impactaron cuatro misiles, y que quedó completamente destruido.
Pocas horas después de conocerse su muerte, tres cohetes fueron lanzados desde la región meridional libanesa de Tiro contra el norte de Israel, según confirmaron fuentes militares de ambos países. No obstante, ningún grupo había reivindicado el ataque, que no causó víctimas. En respuesta, Israel violó el espacio aéreo libanés y bombardeó varias zonas del sur desde donde fueron disparados los obuses.
El pasado enero ya se había registrado una escalada de tensión en la frontera compartida, después de que Israel matara en un ataque lanzado por un avión no tripulado en el Golán sirio a seis miembros de Hizbulá. Tras esa acción israelí, en la que murieron el hijo del exjefe del brazo armado de Hizbulá Imad Mughniye y un general de la Guardia Revolucionaría iraní, la milicia chiita mató a dos soldados israelíes en otro ataque contra una patrulla militar en los disputados territorios de Chebaa, en el norte de Israel.
El máximo líder de Hizbulá, el jeque Hasán Nasralá, adelantó que hoy ofrecerá un discurso en el que previsiblemente abordará la muerte de Qantar, con quien se fotografío durante la celebración de su liberación en 2008.
La muerte de Qantar, que tenía 53 años, fue ordenada por varios líderes libaneses y por el régimen sirio, a quien las milicias de Hizbulá apoyan en su lucha contra las facciones rebeldes y los grupos terroristas.
El primer ministro sirio, Wael al Halqi, aseguró que "la mano criminal que atacó al mártir Qantar es la misma que ataca al pueblo combatiente sirio". El Parlamento sirio se unió a estas condenas y calificó el ataque de "crimen terrorista". Además, subrayó que era una prueba de que "el terrorismo que sufre Siria y la región está respaldado por fuerzas occidentales y regionales, y es un terrorismo sionista-takfirí. Por su parte, el líder druso libanés Walid Yumblat, describió al fallecido como un "símbolo de la lucha y le perseverancia". "El mártir Qantar dedicó su vida a combatir la ocupación israelí, pasó décadas aislado en una prisión sin renunciar a sus posiciones y principios", agregó Yumblat.
Qantar, condenado a cadena perpetua en 1979 en Israel por haber participado en el asesinato de un policía y dos ciudadanos israelíes, estuvo preso casi tres décadas antes de ser liberado en 2008 en un canje entre Hizbulá e Israel. El pasado septiembre, el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó en su lista de terroristas a Qantar, quien, hasta su liberación en 2008, era el preso libanés que más años llevaba en las cárceles de Israel.
El Departamento de Estado afirmó que, tras su regreso al Líbano, Qantar se convirtió "en uno de los portavoces más visibles y populares" de Hizbulá, organización que Estados Unidos tiene en su lista de grupos terroristas. Analistas interpretaron el ataque como un mensaje de Israel a Irán y al movimiento Hizbulá para que no abran un nuevo frente armado en la meseta del Golán.
Agencias EFE y AFP |
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