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Mal presagio para el canje: caen los bonos
Con el nuevo bono estarían a merced de la tasa de interés que calcula el Banco Central. Si la inflación se dispara, será fuertemente negativa. La tasa de ajuste es la Badlar que surge del promedio diario de lo que pagan las entidades privadas por plazos fijos a 30 días de más de un millón de pesos.
Quedarse en estos bonos tampoco es atractivo porque la inflación que mide el INDEC es inferior a la real y menor que la tasa Badlar que pagan los nuevos bonos, pero está la esperanza de que las mediciones de costo de vida mejoren en el futuro.
Perspectiva
En realidad, en este momento nadie puede intuir cuál de las opciones es la mejor, lo que hace presagiar que el canje de la deuda no será aceptado por la mayoría de los tenedores de bonos.
De todas maneras, el Gobierno dirá al final de la operación que fue un éxito porque adherirán los bancos oficiales y la ANSES, que tienen en sus carteras un 50% de estos títulos.
Lo cierto es que los bonos en pesos esta semana seguirán evolucionando al ritmo de los rumores. Si hay certeza de que el INDEC cambiará, mejorarán los precios, si no, todo seguirá como hasta ahora: un mercado reducido con abundancia de especuladores.
Lo más previsible pasa por los bonos posdefault en dólares. Los inversores miran la tasa interna de retorno (TIR). De acuerdo con como esté, los Boden 2012, 2013 y 2015 se mueven. El mercado con sus últimos precios parece decir que se siente cómodo con una TIR de entre un 19% y un 20%.
Por eso el viernes tuvieron mínimas correcciones, salvo en el caso del Boden 2013, que subió más del 2%. El Boden 2015 bajó un 0,23%; y el 2012, un 1,20%.
Por su parte, el dólar sigue absolutamente controlado por el Banco Central, que el viernes se dio el gusto de comprar algo menos de u$s 50 millones para evitar que el precio de la divisa bajara.
Las reservas se mantuvieron en u$s 45.002 millones porque bajaron el euro, la libra y el oro, que integran los activos del Banco Central.
El dólar marginal continuó vendiéndose a $ 3,8550. La única manera que tienen los «arbolitos» de atraer clientes es venderlo medio centavo más barato que el mercado formal. Así y todo, hay poca demanda del público.
En el mercado mayorista, los escasos u$s 50 millones diarios que venden los exportadores resultan un enorme aporte a la oferta, porque el mercado está muy reducido.
No se prevén sobresaltos en el mercado cambiario, como se creía, a pesar del conflicto con el campo.
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