(Enviado especial a Mar del Plata).- Las respuestas a los intercambios de pasillo en el tradicional coloquio de IDEA, antecedidas por un suspiro, tenían como denominador común la expectativa positiva pero como último recurso. Es que ante las preguntas de coyuntura, los hombres y mujeres de negocios que participan del encuentro empresario concluían que los desafíos macroeconómicos, políticos e institucionales son de tal magnitud que cualquier otro camino implica un paso adelante hacia el abismo. Esa es la explicación al abandono de la catarsis o de la crítica directa que dominó encuentros anteriores. Atiborrado como hace mucho no se veía de asistentes (postpandemia) que colmaron los paneles de la segunda jornada, el Coloquio 2022 tiene otra cualidad: la ausencia casi absoluta de representación de la política entre los expositores, sumada a la nula expectativa generada por la palabra presidencial, prevista para la tarde de hoy, en la última jornada.
Empresarios, en modo “optimismo forzoso”
Los hombres y mujeres de negocios que participan del encuentro empresario concluían que los desafíos macroeconómicos, políticos e institucionales son de tal magnitud que cualquier otro camino implica un paso adelante hacia el abismo.
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El 58° Coloquio de IDEA se celebra en Mar del Plata
Para colmo, si es que se confirmara la presencia para el cierre de Alberto Fernández -algo que algunos no daban por sentado en Mar del Plata-, coincidirá con el abandono precoz que la mayoría hace tras el almuerzo, en un intento por arribar a última hora a sus destinos de origen para el fin de semana. No debería interpretarse como que vacían el auditorio, pero lo cierto es que no existe, tampoco, ningún entusiasmo. Lo contrario ocurre con Sergio Massa, que en el ADN empresario concita mayor interés cuáles serán las ideas que aporte en el panel de finanzas públicas para el que está convocado de forma virtual. Máxime luego de que se revelara el plan de estabilización sobre el que se está trabajando y que fue tema de conversación tanto de ejecutivos del área finanzas como también de energía, minería y acería. Representantes del rubro alimentos recibieron ayer llamados para reunirse en la Secretaría de Comercio. Respondieron que estaban a 400 kilómetros de distancia.
El contraste será el mensaje que baje con las propuestas de los empresarios de IDEA concentradas en el panel de “Reglas de juego” y en el debate posterior. Serán las más directas y con anclaje en todo el arco político en el marco de un “Ceder para Crecer” como lema del Coloquio al que los expositores rellenaron con sus propios significantes, desde “sacarle la cola a la jeringa”, como espetó Dante Sica al mundo empresario, hasta el de resignar cuestiones para consolidar conquistas como lo graficaron los sindicalistas Gerardo Martínez y Ricardo Pignanelli. El lema se convirtió en “El Aleph”, de Borges.
La contracara de la presencia de la política estará en un almuerzo reservado para los patrocinantes de IDEA, donde líderes opositores, como Patricia Bullrich, Facundo Manes y Javier Milei participarán con economistas como Roberto Lavagna o Carlos Melconian. Jorge Neme estará, en soledad, en nombre del Ejecutivo. Hasta anoche la presencia de Alberto estaba más discutida en el Gabinete que en el ánimo del mandatario que tenía decidido, a su manera, encarar a los empresarios in situ. Estabilizar la macroeconomía resonó en las charlas de grupo como una plegaria más que como un mantra, que explica ánimos más moderados y una certeza: cualquier ola puede ser contraproducente en un escenario de extrema fragilidad donde, paradójicamente, el clima de negocios sigue sin ser malo, con los balances en la mano. El tema de la unificación cambiaria para no caer en una trampa difícil de desmadejar tomó casi más protagonismo que el inflacionario. En el medio surgió la inquietud de la institucionalidad cruzada por la agenda judicial. Es como una pieza sobrante en un rompecabezas para explicar las desventuras económicas. “En Perú meten presos a los presidentes pero la inflación es del 3%”, ejemplificó un ejecutivo.
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