23 de septiembre 2025 - 11:08

Tierras raras: el nuevo petróleo del siglo XXI que enfrenta a EEUU con China

La competencia por los minerales críticos redefine el mapa geopolítico global y abre una ventana de oportunidades para países como Argentina, en medio de la transición hacia la energía limpia y la revolución tecnológica.

En agosto de 2024, Argentina y Estados Unidos dieron un paso clave en la cooperación estratégica al firmar un Memorándum de Entendimiento sobre Minerales Críticos, rubricado en Washington.

En agosto de 2024, Argentina y Estados Unidos dieron un paso clave en la cooperación estratégica al firmar un Memorándum de Entendimiento sobre Minerales Críticos, rubricado en Washington.

En pleno siglo XXI, hablar de “recursos estratégicos” ya no remite únicamente al petróleo o al gas. Hoy, los minerales críticos —conocidos popularmente como tierras raras- se han convertido en el verdadero oro invisible que sostiene a la revolución tecnológica. Están presentes en los motores de autos eléctricos, en los imanes que impulsan turbinas eólicas, en los chips que alimentan a la inteligencia artificial y hasta en los sistemas de defensa más sofisticados. Sin ellos, simplemente, el mundo moderno retrocedería varias décadas.

Se trata de un conjunto de 17 elementos químicos, a los que se suman metales como el litio, el cobalto, el indio o el tantalio, todos indispensables para la fabricación de dispositivos electrónicos, almacenamiento de energía y tecnologías limpias. Su nombre puede sonar lejano -gadolinio, iterbio, praseodimio-, pero sin ellos sería impensable la vida cotidiana tal como la conocemos: smartphones, televisores, computadoras, autos eléctricos y paneles solares dependen de su existencia.

¿Para qué sirven las tierras raras?

Los usos de estos elementos abarcan múltiples industrias estratégicas. El neodimio se emplea en la producción de imanes de alta potencia para motores eléctricos y turbinas eólicas; el lantano mejora la calidad del vidrio para lentes de cámaras y telescopios; el europio es fundamental para pantallas LED y lámparas fluorescentes; el disprosio refuerza la resistencia magnética de los imanes; y el itrio se utiliza en superconductores y aplicaciones médicas.

En el ámbito de la defensa, algunos de estos materiales son insustituibles: el neodimio resulta esencial en sistemas de guía de misiles, el samario se usa en radares y el erbio en fibras ópticas para comunicaciones seguras. También forman parte de reactores nucleares, satélites y tecnologías de inteligencia artificial. Sin tierras raras, la Cuarta Revolución Industrial y la transición energética perderían su base material.

tierras raras minería
Más allá de las cuestiones técnicas, las tierras raras ya son una ficha central en el ajedrez de la geopolítica.

Más allá de las cuestiones técnicas, las tierras raras ya son una ficha central en el ajedrez de la geopolítica.

Según afirmó Ricardo Lupo, consultor en seguridad y energía, los minerales raros representan "una pieza fundamental en la cadena de suministro de nuevas tecnologías, y su geopolítica está moldeando las relaciones comerciales y políticas a nivel mundial".

Para Lupo, "la diversificación de fuentes de suministro, el desarrollo tecnológico y la sostenibilidad ambiental son aspectos clave para garantizar un suministro estable y equitativo de estos recursos vitales en el futuro".

Tierras raras: los 17 elementos clave

Las tierras raras son un grupo de al menos 17 elementos químicos del sistema periódico que, aunque no siempre son tan escasos como su nombre indica, se encuentran en yacimientos de difícil acceso y requieren procesos complejos para su refinado. En la lista figuran entre otros es la siguiente:

  • Escandio (Sc): Se utiliza en aleaciones ligeras de aluminio para la industria aeroespacial y deportiva (bicicletas de alta gama, bates de béisbol). También se aplica en lámparas de halogenuros metálicos, que imitan la luz solar en estudios de cine y televisión.
  • Itrio (Y): Fundamental en superconductores, láseres y en la fabricación de fósforos rojos para pantallas de televisores y LEDs. Además, se emplea en cerámicas de alta resistencia y materiales médicos como ciertos tratamientos contra el cáncer.
  • Lantano (La): Se usa en lentes de cámaras y telescopios de alta precisión gracias a su capacidad para mejorar la claridad óptica. También en baterías de hidruro metálico para autos híbridos.
  • Cerio (Ce): Aplicado en catalizadores de automóviles para reducir emisiones, en vidrios resistentes al calor y como agente de pulido en la industria electrónica (pantallas y lentes).
  • Praseodimio (Pr): Forma parte de imanes permanentes de alta potencia, aleaciones para motores de aviones y vidrios especiales que filtran la radiación infrarroja.
  • Neodimio (Nd): Esencial en imanes súper potentes utilizados en turbinas eólicas, discos duros, auriculares y motores de autos eléctricos. También en láseres para cirugía y aplicaciones militares.
  • Promecio (Pm): Extremadamente raro y radiactivo. Se utiliza en baterías nucleares de larga duración para satélites y equipos espaciales.
  • Samario (Sm): Clave en la fabricación de imanes samario-cobalto (resistentes a altas temperaturas), usados en misiles y turbinas. Además, se aplica en reactores nucleares como absorbedor de neutrones.
  • Europio (Eu): Muy valorado para pantallas y televisores de colores vivos, ya que emite luz roja. También se usa en lámparas fluorescentes y en la industria de seguridad (billetes, pasaportes) como material fluorescente.
  • Gadolinio (Gd): Utilizado en equipos de resonancia magnética (RMN) como agente de contraste, además de en reactores nucleares y en aleaciones magnéticas.
  • Terbio (Tb): Se emplea en pantallas verdes de televisores, lámparas fluorescentes y en materiales magnetoestrictivos, usados en sensores y actuadores de precisión.
  • Disprosio (Dy): Se añade a imanes de neodimio para aumentar su resistencia al calor, vital en motores de autos eléctricos y turbinas. También en barras de control de reactores nucleares.
  • Holmio (Ho): Tiene la mayor fuerza magnética de todos los elementos, por lo que se utiliza en imanes especiales. Además, se aplica en láseres médicos y en dispositivos de grabación magnética.
  • Erbio (Er): Muy usado en fibras ópticas para telecomunicaciones, ya que amplifica la señal en cables de internet de larga distancia. También en gafas de seguridad y en láseres dermatológicos y oftalmológicos.
  • Tulio (Tm): Es el más raro de las tierras raras. Se emplea en láseres portátiles, en dispositivos médicos (radiografías y equipos de diagnóstico) y como fuente de radiación en tratamientos de cáncer.
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Cada una de las tierras raras cumple funciones específicas en sectores como la electrónica, la energía renovable, la automoción, la aeronáutica y la defensa.

Cada una de las tierras raras cumple funciones específicas en sectores como la electrónica, la energía renovable, la automoción, la aeronáutica y la defensa.

Cada uno de ellos cumple funciones específicas en sectores como la electrónica, la energía renovable, la automoción, la aeronáutica y la defensa, consolidándose como un recurso esencial para el futuro. Otras tierras raras son:

  • VANADIO: Las baterías de vanadio se fabrican exclusivamente con ese metal y son capaces de seguir cediendo grandes cantidades de energía a la vez que se están cargando, por lo que se usan tanto en generadores eólicos o solares como en coches eléctricos.
  • LITIO: Es un metal que también se emplea en las baterías recargables y, por tanto, en la industria del coche eléctrico.
  • COBALTO: Las baterías de litio de los vehículos eléctricos no funcionarían sin cobalto, que se emplea además en la industria del automóvil.
  • TÁNTALO: Se utiliza en los condensadores que almacenan y distribuyen la energía, por lo que la carga y descarga de dispositivos como móviles u ordenadores depende del tántalo.
  • NIOBIO: Se destina a motores, cohetes o equipos de combustión por presentar una gran resistencia al calor.
  • INDIO: Se encuentra en todo tipo de pantallas porque es un metal conductor y transparente. También se utiliza junto al germanio en los motores y en los generadores eólicos y es esencial en la energía fotovoltaica.
  • ANTIMONIO: Sirve para endurecer el plomo en las baterías de almacenamiento. Además tiene propiedades ignífugas, lo que hace que se utilice en mobiliario de coches y aviones.
  • WOLFRAMIO: Se encuentra en tubos de rayos X, en los aparatos de televisión, en los filamentos de los cables, en los contactos de interruptores y corriente eléctrica o en soldaduras.
  • GERMANIO: Está en las redes de fibra óptica, en infrarrojos, en placas solares, en los CDs o DVDs y también en láseres, porque permite que una longitud de onda más pequeña y precisa.

China, el árbitro del tablero global

El corazón de esta historia no está en los laboratorios de Silicon Valley ni en las fábricas de Tesla, sino en Asia. China concentra cerca del 60% de la producción mundial de tierras raras, pero refina casi el 90%, lo que la convierte en un jugador monopólico que maneja las llaves del suministro global. Ese poder no es abstracto: Pekín ya lo utilizó como herramienta de presión en disputas con Japón en 2010 y con Estados Unidos en 2019, y más recientemente al limitar la exportación de galio y germanio, esenciales para la industria de semiconductores.

La estrategia china se consolidó desde los años noventa, con una visión a largo plazo que combinó bajos costos laborales, estándares ambientales flexibles y un férreo control estatal sobre el sector. Hoy, cualquier movimiento de Pekín en este mercado tiene un impacto directo en los precios internacionales, en la seguridad de las cadenas de suministro y en la carrera tecnológica entre las dos mayores potencias mundiales.

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China produce el 60% de las tierras raras del mundo, pero procesa casi el 90%. 

China produce el 60% de las tierras raras del mundo, pero procesa casi el 90%.

La especulación vinculada a la limitación de la exportación de tecnologías esenciales para la fabricación de chips por parte de China pasó a ser realidad el 21 de diciembre de 2023, cuando el Ministerio de Comercio del país asiático anunció la suspensión de las exportaciones de tecnologías necesarias para el procesamiento de tierras raras (Forbes, 2023).

En la actualidad, China produce el 60% de las tierras raras del mundo, pero procesa casi el 90%, por lo tanto requiere importar recursos de otros países. Esto ha dado a China casi un monopolio. De hecho, alrededor del 98% de las tierras raras utilizadas en la Unión Europea durante 2021 se importaron de China.

El gigante asiático ha desarrollado estratégicamente este monopolio en el mercado de las tierras raras desde la década de 1990. Sin embargo, existen importantes reservas globales de tierras raras fuera de China, incluido el 19% en Vietnam, el 18% en Brasil, el 6% en India y el 4% en Australia, lo que equivale a casi la mitad del suministro mundial.

La respuesta de Estados Unidos y sus aliados

Ante este escenario, Washington considera la dependencia de China como un riesgo para la seguridad nacional. No es casual que en 2020, Donald Trump declarara emergencia nacional por este tema y habilitara financiamiento federal para proyectos mineros domésticos. El Departamento de Defensa ha invertido cientos de millones de dólares en empresas como MP Materials y Lynas USA, con el objetivo de crear una cadena de suministro propia.

Pero no solo Estados Unidos se mueve en esta dirección. Australia, Canadá y Brasil buscan también fortalecer sus capacidades, mientras que la Unión Europea discute estrategias para reducir la dependencia que en 2021 alcanzaba al 98% de importaciones chinas. En paralelo, países como Vietnam e India aparecen como jugadores emergentes con reservas significativas.

En Washington el tema es considerado un asunto de seguridad nacional. Las tierras raras son imprescindibles para la transición energética —baterías de vehículos eléctricos, turbinas eólicas, almacenamiento de energía— pero también para sistemas militares de última generación, desde radares y submarinos hasta misiles guiados. El eventual quiebre de la cadena de suministro impactaría tanto en la competitividad tecnológica como en la capacidad de defensa del país.

Ante este escenario, EEUU impulsa una estrategia de “friendshoring” para diversificar proveedores en países aliados y, al mismo tiempo, financiar proyectos domésticos de extracción y procesamiento. Sin embargo, el desarrollo de capacidades propias enfrenta obstáculos: altos costos, plazos largos, complejidad técnica y estrictas regulaciones ambientales. La vulnerabilidad de la cadena sigue siendo, por ahora, un talón de Aquiles que Washington busca corregir antes de que las tensiones comerciales con China se traduzcan en crisis de suministro.

La oportunidad argentina y el memorando firmado con EEUU

En América Latina, Argentina ocupa un lugar de privilegio gracias a su triángulo del litio en Salta, Jujuy y Catamarca, que la posiciona como tercer productor mundial de este mineral clave para las baterías. A ello se suman exploraciones de cobalto y otros minerales estratégicos que podrían ubicar al país en el centro del debate global sobre seguridad de suministro, como el cobre.

En agosto de 2024, Argentina y Estados Unidos dieron un paso clave en la cooperación estratégica al firmar un Memorándum de Entendimiento sobre Minerales Críticos, rubricado en Washington por la ex canciller Diana Mondino y el subsecretario de Estado para Crecimiento Económico, Energía y Medioambiente, José W. Fernández. El documento apunta a impulsar inversiones y proyectos conjuntos en litio, cobre y otros minerales considerados esenciales para la transición energética y la industria tecnológica.

El acuerdo contempla la cooperación en todas las etapas de la cadena de valor: exploración, extracción, procesamiento, industrialización y reciclaje, con la mirada puesta en asegurar cadenas de suministro confiables y diversificadas. Asimismo, establece un Diálogo de Seguridad Energética bilateral, mecanismo que permitirá intercambiar información, coordinar iniciativas y canalizar financiamiento hacia proyectos que eleven la capacidad productiva de Argentina.

Salar del Rincón litio Salta Puna Rio Tinto

Para Argentina, el entendimiento representa una oportunidad concreta de atraer capital y transferencia tecnológica, consolidando el rol del país como proveedor global de litio y reforzando el potencial del cobre sanjuanino y catamarqueño. Para Washington, en cambio, el interés se centra en reducir su dependencia de China en insumos clave para baterías, turbinas, autos eléctricos y equipamiento de defensa.

De hecho, este memorándum se inscribe en la estrategia de la Casa Blanca de ampliar acuerdos con países aliados del hemisferio sur, tal como ya lo hizo con Chile y Brasil, para asegurarse fuentes alternativas de minerales críticos. La creciente demanda global —que, según la Agencia Internacional de Energía, se multiplicará por cuatro hacia 2040— convierte a Argentina en un socio atractivo, especialmente por su posición en el triángulo del litio.

El desafío, sin embargo, no es menor: se trata de atraer inversiones sin descuidar la licencia social y la sustentabilidad ambiental, dos variables que se han vuelto críticas en la agenda internacional. El futuro no pasa solo por extraer, sino también por desarrollar tecnología propia de procesamiento y reciclaje, un eslabón donde Argentina todavía corre desde atrás.

La geopolítica del recurso invisible

Más allá de las cuestiones técnicas, las tierras raras ya son una ficha central en el ajedrez de la geopolítica. China y Estados Unidos libran una batalla que recuerda a la Guerra Fría, pero en versión tecnológica: la disputa por el control de chips, inteligencia artificial y sistemas de defensa. En el medio, la Unión Europea y países productores buscan ganar espacio en un tablero que se redibuja constantemente.

Las restricciones, los aranceles cruzados y las medidas de control estatal muestran que estamos ante un escenario donde los recursos minerales se usan como armas políticas y económicas. El término “nacionalismo de recursos” se instaló en los debates internacionales y todo indica que tendrá cada vez más peso en la agenda global.

¿Será posible construir cadenas de suministro diversificadas, sostenibles y estables? ¿O el mundo quedará rehén de un puñado de países que concentran la producción? La respuesta marcará el rumbo de la transición energética y de la revolución tecnológica en curso.

En lo inmediato, la tendencia muestra que los conflictos entre Estados Unidos y China se intensificarán, arrastrando a sus aliados y generando nuevas tensiones en América Latina y África, territorios clave para el abastecimiento.

En ese mapa, Argentina deberá definir con rapidez qué rol quiere jugar: si limitarse a exportar recursos en bruto o si, por el contrario, apuesta a convertirse en un actor con mayor valor agregado en la cadena global de los minerales críticos.

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