La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la leucovorina y causó un gran debate dentro de la comunidad médica y científica. El organismo estadounidense ya avaló el uso de la misma para tratamientos de algunos síntomas del autismo en niños que tienen deficiencia cerebral de olfato, que es una condición metabólica muy poco frecuente que afecta la función neurológica.
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Qué es "leucovorina", el fármaco que aprobó EEUU para el tratamiento del autismo
Las declaraciones de Donal Trump abrieron la polémica: mientras algunas familias celebran la decisión, especialistas piden cautela y más evidencia científica.
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La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la leucovorina para tratamientos de algunos síntomas del autismo en niños.
Este fármaco también es conocido como ácido folínico y solía utilizarse en oncología y también para combatir anemia, pero que se aplique para el autismo genera esperanza en algún punto y en otro gira la preocupación. Hay algunas familias con niños que tienen autismo que festejan la posibilidad de esta nueva herramienta, pero hay expertos que aseguran que los estudios que hay son limitados y todavía se desconocen los efectos a largo plazo de su uso.
La opinión de los expertos sobre el uso de leucovorina en autismo
Los expertos del campo aseguran que la leucovorina no es una cura para el autismo, sino que hay que tomarlo como una herramienta que puede tener beneficios en algunos casos, sobre todo en niños que tienen confirmado el diagnóstico de deficiencia cerebral de olfato. En esos caso, los pacientes han mostrado avances en la comunicación verbal y en la interacción social, pero de manera parcial y sin revertir del todo los rasgos del espectro.
A pesar de la confianza que ronda por la aprobación de la FDA, los especialistas marcan la importancia de saber que la evidencia científica es muy poca aún y que la mayoría de los ensayos clínicos realizados fueron en grupos pequeños y con un seguimiento corto, lo que no permite establecer conclusiones fuertes. Además, remarcan que si se llegara a aplicar la leucovorina sin que la deficiencia esté comprobara, podría no generar las mejoras esperadas.
También subrayan la importancia de que se haga un seguimiento médico estricto. A pesar de que no se registraron efectos adversos graves, para los expertos es un medicamento que antes de aplicarse debe analizarse cada caso concreto.
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