Ana de Armas repasó su carrera frente al público del Festival Internacional de Cine del Mar Rojo y reveló cómo su amistad con Keanu Reeves y una serie de decisiones arriesgadas marcaron su transformación en una de las actrices más versátiles de Hollywood, incluida su inesperada llegada al género de acción.
Ana de Armas habló de "hermosa amistad" con Keanu Reeves y reveló cómo marcó su carrera en Hollywood
En el Festival del Mar Rojo, Ana de Armas repasó su carrera, habló de su amistad con Keanu Reeves y contó cómo terminó convertida en figura del cine de acción.
-
Disney insiste con una serie que ya está cancelada: la segunda oportunidad en la plataforma
-
Lali Espósito y Natalia Oreiro hicieron vibrar a Uruguay: beso, clásicos y un show inolvidable
Ana de Armas habló sobre su amistad con Keanu Reeves y su evolución hacia el cine de acción.
Durante la sesión “En conversación”, De Armas recordó su primer encuentro con Keanu Reeves al llegar a Los Ángeles para filmar Knock Knock. “Cuando me mudé a Los Ángeles, hicimos Knock Knock juntos, y en ese entonces apenas hablaba inglés”, recordó. A pesar de la dificultad del idioma, remarcó que “conectamos muy bien y tenemos una hermosa amistad”.
Definió al actor como “increíblemente amable y generoso” y destacó lo que significó reencontrarse con él en Ballerina, el reciente spin-off de John Wick: “Fue como cerrar el círculo… tenerlo allí, apoyándome diez años después, significó mucho”.
De Armas contó que su ingreso al cine de acción fue completamente inesperado. “Nunca me consideré atlética ni imaginé que haría películas de acción”, dijo. Ese camino comenzó con "Sin tiempo para morir", continuó en "El Hombre Gris" y "Ghosted", y alcanzó un nuevo nivel en "Ballerina", producción que describió como “muy desafiante, y exigente”.
El entrenamiento, detalló, fue extremo: “El entrenamiento fue brutal. Duró meses antes del rodaje y continuó durante el mismo… Fue agotador, pero lo disfruté. Aprendí muchísimo”.
De Cuba al mundo: el camino de Ana de Armas hasta Hollywood
La actriz repasó su infancia en Cuba, marcada por la creatividad y el juego. “Tuve una infancia muy feliz, muy libre y muy sociable”, dijo. Su debut cinematográfico llegó mientras aún estudiaba en la escuela de teatro de La Habana, lo que la obligó a tomarse un año sabático para filmar.
Con apenas 18 años, decidió mudarse a Madrid con 300 euros y “tres maletas y mi perro”. Durmió en un sillón ajeno hasta conseguir un papel en una serie española que la volvió conocida, pero también la encasilló durante años en el mismo tipo de personajes.
Esa frustración la llevó a dar otro salto: mudarse a Los Ángeles sin hablar inglés. “Fue la experiencia más humilde que he vivido”, afirmó. Allí, su verdadero quiebre llegó con Blade Runner 2049, film que calificó como “un sueño” y que la enfrentó a figuras como Denis Villeneuve, Ryan Gosling y Harrison Ford.
El impacto de Bond, Marilyn y los nuevos desafíos
Su breve aparición en "Sin tiempo para morir" fue decisiva. “Esos quince minutos en pantalla me cambiaron la vida”, afirmó. Admitió entre risas que Paloma, su personaje, “todavía conservaba algo de Marilyn”, ya que acababa de terminar el rodaje de Blonde.
Esa interpretación, que le valió una nominación al Oscar, la transformó profundamente: “Fue lo más aterrador que he hecho, pero también lo más hermoso, cambió mi forma de abordar la actuación”.
Sobre su futuro, reconoció que ahora enfrenta un nuevo riesgo de encasillamiento por sus papeles de acción, pero reafirmó su filosofía: “A veces, lo que la industria ofrece no es lo que quiero hacer… No estoy aquí para ir a lo seguro”.







Dejá tu comentario