Con producción de Jane Fonda, Gustavo Santaolalla y Naomi Klein, entre otras figuras de jerarquía, se estrenó ayer el documental “Norita”, sobre Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo. Directores, Jayson McNamara y Andrea Tortonese. Dialogamos con ella:
Andrea Tortonese: "Por suerte Norita llegó a ver el film que le dedicamos"
Diálogo con la codirectora del documental sobre la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, en cuya producción participaron desde Jane Fonda hasta Naomi Klein y Gustavo Santaolalla.
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Periodista: ¿Cómo consiguieron semejantes respaldos para este documental, inicialmente hecho a pulmón como la mayoría de los documentales?
Andrea Tortonese: Fue algo progresivo. Empezaron solo Jayson y Francisco Villa, el director de fotografía, que terminó siendo coproductor. Jayson McNamara, australiano, estaba haciendo “El mensajero” (“Messenger in a White Horse”) sobre el ejemplo cívico de Robert Cox al frente del “Buenos Aires Herald” en los ’70, cuando conoció a Nora y quedó prendado de su personalidad. Pensó seguirla con la cámara en su vida cotidiana, porque tenía una grilla de actividades tremenda, increíble en una mujer que ya pasaba los 85 años de edad. Yo entonces trabajaba con ella en la oficina de Madres Línea Fundadora.
P.: Ahí es donde la contacta McNamara.
A.T.: El me llama porque hago animación, todavía pueden verse algunos dibujos míos en Canal Encuentro, y además trabajé siete años en arte de cine publicitario, lo que me dio mucho entrenamiento, porque en eso sos la primera que accede a cada proyecto y la última que se va, ya terminado. En este caso, Jayson quería ilustrar con breves dibujos algunos momentos de la vida de Norita, cosa de ir hilando el recorrido emocional de una familia, el clima de época, desde un lugar muy sensorial, poético.
P.: Es interesante ver cómo esos dibujos contribuyen a la comprensión de los sentimientos, de un modo más cercano que unas fotos de archivo. Pero además usted también es codirectora de la película.
A.T.: Un honor enorme, tener este bautismo. Pensaba hacer solo animación y arte y me apareció esto. Es que al ser tan poquitos empezamos a cubrir distintos roles, siempre a contraturno de nuestros respectivos trabajos. Ya veníamos conversando de la película desde el primer día, y fueron años. Recuerdo que durante la pandemia él me llamaba desde Australia para compartir ideas, y yo le respondía desde la cocina, porque al mismo tiempo estaba cocinando. Había mucha energía, amor, en ese proyecto. Bueno, era el espíritu de Norita.
P.: Hábleme de ella.
A.T.: Era tremendo ver cómo una mujer que pasó todo el drama que pasó, aun así conservaba la alegría, la vitalidad. Caminaba con una rapidez que yo, que tengo unas piernas larguísimas, tenía que apurarme para ir a su lado. Hasta el 2017 la acompañé a tantísimos lugares, los talleres del Borda, la comunidad quom, tantos. En todas partes, recuerdo que se escuchaba “¡Ahí viene Norita!”, la gente le abría paso y ella aparecía caminando rapidito, saludando con una sonrisa. Después se sumaron las chicas. Pasó algo ahí con esta nueva generación que tomó el mando con sus reclamos feministas, y ella estuvo muy presente. Ahí tuvo mayor visibilidad, pero ya hacía mucho que era famosa.
P.: De hecho, ya en 2012 Miguel Mirra, cineasta independiente, le dedicó un documental, “Norita, Nora Cortiñas”. ¿Pero cómo se fue agrandando el equipo de ustedes?
A.T.: Primero Sara Schoellkopf nos ayudó mucho en un momento de postproducción muy difícil. Hubo una etapa de crowfunding, donde aportaron unas 500 personas y unas diez fundaciones. Del montaje se ocuparon Jayson, Julia Straface y Ana García, mexicana, hija de un refugiado chileno. Los hermanos Barbara y Andy Muschietti, que hacen un cine muy distinto al nuestro en EEUU, vieron un primer corte y nos dieron todo su apoyo, se integraron como coproductores, bueno, se portaron maravillosamente. También John Flynn y Melissa Daniels. Luego Francisco, Paco Cabral y Norita propusieron mandarle ese corte a Gustavo Santaolalla, que respondió con un afecto que nos llenó de orgullo. La música la estaban haciendo Paco Cabral, Matías Tozzola y Juan Luqui, que generosamente le cedieron el primer puesto, así que él es el compositor de la banda sonora, y también coproductor.
P.: ¿Y Jane Fonda?
A.T.: Avi Lewis y Naomi Klein habían venido a filmar acá un documental, ellos vieron lo que hacíamos, se sumaron, y le dijeron a Fonda “tenés que ver esto”. Ahora ella es la principal propulsora de la película en EEUU.
P.: Viendo todos esos nombres parece una producción más norteamericana que argentina (y acaso eso favorezca incluso una candidatura al Oscar para Mejor Documental).
A.T.: Es coproducción de ambos países, pero no podría decir que es más de allá que de acá, porque están los hermanos Muschietti, Santaolalla, Francisco, somos muchos argentinos. Lo que pasa es que, allá y acá, todos vieron el potencial de esta película, que atraviesa fronteras, como Norita, y esperemos que llegue lejos. Por ahora ya se ha visto en Los Ángeles, La Plata, Mendoza, Seattle, Sydney, vamos pasito a paso, para no asustarme.
P.: Ella murió a fines de mayo, ya viuda de 94 años. ¿Alcanzó a ver la película terminada?
A.T.: Por suerte alcanzó a verla y se sintió representada. Ahí está su historia contada por ella misma, que era una gran narradora, de voz cálida, es lindo escucharla.
P.: Última pregunta, ya que estamos: ¿por qué no hubo también Padres de la Plaza?
A.T.: Algunos iban, pero las madres no querían. Por las dudas fueran apresadas, ellas preferían que sus maridos se quedaran en sus casas cuidando al resto de la familia, sosteniendo el espacio de lo doméstico. Joaquín Daglio hizo en 2009 un documental sobre esto, “Padres de la Plaza. Diez recorridos posibles”.
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