Arriba, Carlo Ponti (der.) recibe de Michelangelo Antonioni un León de Oro
honorífico. Ambos trabajaron juntos en «Zabriskie Point». Debajo, al comienzo
de su relación amorosa con Sofia Loren, cuyo estrellato forjó. Estuvieron
juntos hasta el último día.
Roma (ANSA, EFE, Reuters) - Carlo Ponti, uno de los más importantes productores del cine italiano, marido de Sofia Loren, murió anteanoche en Ginebra, donde había sido hospitalizado por una complicación pulmonar. Con su muerte no sólo desaparece uno de los últimos grandes pontífices de la vieja escuela del cine sino también el protagonista de una resonante y conflictiva historia de amor con la mujer considerada entre las más hermosas del mundo.
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Retirado desde hacía años, cuando el modelo de producción que solía hacer fue declinando (las grandes superproducciones europeas sobre bestsellers y clásicos literarios), Ponti se fue apagando lentamente, aunque siempre acompañado de cerca por Sofia Loren.
A fines de 1956, cuando era «vox populi» su relación con la actriz, y su esposa y madre de sus dos hijos, Giuliana Piastri, se negaba a darle el divorcio, a Ponti no le quedó más remedio que casarse en México al año siguiente y establecerse con la actriz en Hollywood. A partir de allí se ocupó de la carrera internacional de Loren y luego logró escapar de un juicio de bigamia que se extinguió recién después de la implantación del divorcio en Italia, casi 20 años más tarde. En 1968 tuvieron su primer hijo, Carlo junior, hoy director de orquesta, y en 1973, el segundo, Edoardo, al que respaldó en sus primeros pasos como director.
Ponti también sufrió diez juicios por varios delitos económicos de los que terminó siendo absuelto sin culpa y cargo, pero que lo indujeron a transferir todos sus intereses a
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