19 de noviembre 2004 - 00:00

Celular × zapato, la única novedad

«La nueva Cenicienta» es un producto hecho a la medida de la nueva heroína adolescente de Hollywood, Hilary Duff (arriba, con el príncipe Michael Murray), dirigido a un público de jovencitas.
«La nueva Cenicienta» es un producto hecho a la medida de la nueva heroína adolescente de Hollywood, Hilary Duff (arriba, con el príncipe Michael Murray), dirigido a un público de jovencitas.
«La nueva Cenicienta» (A Cinderella story, 2004, EE.UU., habl. en inglés). Dir.: M. Rosman. Int.: H. Duff, J. Coolidge, Ch.M. Murray, R. King.

Se han hecho muchas cosas con el clásico romántico de Perrault. Entre las peores se anota este producto hecho a la medida de Hilary Duff, la nueva heroína adolescente de Hollywood, salida de la serie televisiva «Lizzie McGuire», que aquí emite «Canal 9». Más que por sus dotes histriónicas (la crítica norteamericana la despedaza siempre con fruición), Duff es famosa por atribuirse «valores morales» que, según su madre y representante, generan rencores en quienes «odian la bondad». Como sea, todo lo que hace hoy Hilary -quien también canta temas acordes con su virtuosa personalidad- recauda millones en Estados Unidos, y esta película no fue la excepción.

Samantha
, su personaje en «La nueva Cenicienta» es un dechado de virtudes. Huérfana desde niña, es una estudiante ejemplar, pese a los pocos ratos que le deja libres limpiar pisos en el restaurante paterno birlado por su horrible madrastra, que la obliga a servirla, así como a sus insufribles hermanastras mellizas. Mientras sueña con ser admitida en Princeton («donde van los príncipes», según le dijo el padre justo antes de morir), Samantha se enamora de un desconocido con quien chatea e intercambia mensajes de texto. Y he aquí donde la palabra «nueva» en el título encuentra su explicación (además de que la madrastra está inflada de botox y se hace liposucciones a la menor provocación, entre otras modernidades): en vez de un zapato, lo que pierde la nueva Cenicienta en la fiesta que debe abandonar precipitadamente antes de las 12, es su celular, y éste es recogido por su príncipe hasta el momento virtual, casualmente el muchacho más popular del colegio. Por «muchacho popular», entiéndase un Ken entre las barbies tontas, pretenciosas, discriminantes y racistas que abundan en el colegio de Sam y tendránsu merecido oportunamente.

Pretendida comedia que hay que ver si hace reír alguna a su público, románticamente blanca, localista en extremo y, por supuesto, con moraleja, «La nueva Cenicienta» no es apta para adultos. Habrá que ver (esperándolas a la salida) qué dicen las adolescentes de la casa de este auténtico modelito Hilary Duff, acaso demasiado light hasta para ellas.

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