La actriz norteamericana Dorothy McGuire, que interpretó a la inolvidable muda acosada por un asesino psicótico en el thriller psicológico de 1946 «La escalera de caracol» de Robert Siodmak, murió el viernes último a los 85 años de un ataque cardíaco en su casa de Santa Monica, California. Otro de los papeles con los que el público la identificó siempre fue el de la Virgen María en la «La historia más grande jamás contada» (1965) de George Stevens.
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La bellísima McGuire, estrella de Hollywood en los años '40 y '50 y conocida por sus personajes femeninos amables y apasionados, fue candidata a Oscar por su papel en la película de 1947 con Gregory Peck «La luz es para todos» («Gentlemen's Agreement»), de Elia Kazan, uno de los más recordados films contra el antisemitismo hechos por el Hollywood después de la guerra. Interpretó también a la madre de la familia Robinson en la película «Los Robinsones de los mares del sur» en 1960.
Entre su filmografía, Dorothy McGuire cuenta las películas «Claudia» de Edmund Goulding (1943), «Su milagro de amor», de John Cronwell (1945), «Claudia y David», de Walter Lang y «Su derecho a vivir», de Edward Dmytryk (1946), «Bésame, doctor», de Claude Binyon (1950), «Invitación», de Gottfried Reihhardt y «No quiero decirte adiós», de Mark Robson (1952); «La fuente del deseo», de Jean Negulesco y «Negro es mi pasado», de William Seiter (1954); «La furia de los justos», de Mark Robson (1955), «La gran tentación», de William Wyler (1956) y «Dos Evas tiene Adán» de Henry Levin (1958), y «La ciudadela de los Robinson», de Ken Annakin.
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