23 de enero 2020 - 00:01

"Dr. Dolittle", o la rara vocación de Hollywood por un fracaso

Se estrena hoy una segunda secuela de la película que arruinó la carrera de Rex Harrison y la técnica del merchandising. La superproducción de 1967 que estuvo a punto de llevar a la bancarrota a la 20th Century Fox

Dolittle. Rex Harrison en el papel del doctor que tenía la habilidad de conversar con los animales.

Dolittle. Rex Harrison en el papel del doctor que tenía la habilidad de conversar con los animales.

Al llegar a la etapa sobre el fin del Hollywood System, es decir, el ocaso de la era de los grandes estudios de cine, los historiadores suelen citar la superproducción que, en 1967, casi llevó a la bancarrota a la 20th Century Fox, prácticamente liquidó la carrera de un astro como Rex Harrison, y congeló por una década la noción del merchandising como negocio lateral importante surgido de una película.

Esa película era el musical “Doctor Dolittle” que, inspirado en los libros para niños de Hugh Lofting, terminó siendo un símbolo del desastre hollywoodense por antonomasia. Dirigida por un gran realizador como Richard Fleischer, responsable de títulos como “20 mil leguas de viaje submarino”, “Tora Tora Tora”, “Compulsion”, “Cuando el destino nos alcance” y “El estrangulador de Boston”, pero también de algunos bodrios memorables como “Che!” o la remake de “El cantor jazz” con Neil Diamond.

Para entender el problema básico con “Doctor Dolittle” bastaría decir que su enorme presupuesto de 6 millones de dólares –inusitado para un musical de aquella época--, terminó triplicándose por absurdos problemas de producción, algunos realmente pintorescos. Luego recaudó la mitad de lo necesario para salir hecho. Es un tiempo donde ya aparecía “El graduado” de Mike Nichols y estaban a punto de revelarse cineastas indies como el Dennis Hopper de “Busco mi destino”, el film de Fleischer ya era anticuado el mismo día de su avant premiere, lo que provoco criticas lapidarias en casi toda la prensa estadounidense.

En su brillante autobiografía “Just Tell Me When To Cry”, Fleischer dedicó un capítulo entero al mayor desastre de su prolífica y exitosa carrera. Sus historias sobre el rodaje son desopilantes, y pueden leerse como una demostración empírica de eso de que cuando algo puede salir mal, va a salir mal. Por ejemplo, se gastaron fortunas en más de mil animales de diferentes especies que luego no pudieron utilizarse por disposiciones sanitarias; se escogió una locación inglesa sin chequear que en el lugar llovía al menos una quincena de cada mes. Y hasta se intentó agrandar una lago natural por cualquier medio posible, hasta que al final contrataron a un tío del actor Ralph Fiennes -que en el nuevo film pone su voz a un animal digital-, el alguna vez famoso explorador Ranulph Fiennes, quien utilizó explosivos militares sin obtener ningún resultado.

Además había grandes problemas en el elenco, ya que Rex Harrison se refería al coprotagonista Anthony Newley como ese “cómico judío cockney”, y a su vez Newley decir que el protagonista era Rex “George Rockwell” Harrison, en referencia al líder del partido nazi norteamericano. Las peleas se filtraron a la prensa, lo que no produjo exactamente buenas vibraciones.

Luego se invirtió una enorme suma en lo que habría sido uno de los primeros grandes golpes de merchandising hollywoodense, incluyendo productos como juguetes, muñecos de animales y comida para mascotas. Un capital equivalente a 200 millones de dólares actuales que se perdió casi en su integridad, ya que ni siquiera los pocos espectadores que vieron el film (y no creyeron que apestaba del todo) compraron algo de eso.

A favor de la Fox hay que decir que la idea no era mala, ya que en 1977 George Lucas demostró que el merchandising de “Star Wars” podía dar tanto dinero como el film en si mismo.

La debacle de “Doctor Dolittle” no sólo afectó a la Fox sino que preocupó a todos los grandes estudios. Hollywood es una industria que intenta autopreservarse desde sus mismos inicios, por lo que a la hora de los Oscar le otorgaron a la película dos estatuillas: a los efectos especiales y a la famosa canción “Talk to the animals”.

La Fox siguió en la cuerda floja un año mas, pero fue salvada del rojo por otros animales: nada menos que los monos futuristas de “El planeta de los simios” de Franklin Schaffner, que curiosamente estaba en producción al mismo tiempo que “Doctor Dollitle” sin recibir gran apoyo del estudio. Ahora, luego del éxito de 1998 con la escatológica remake con Eddie Murphy, nadie apostaba por el resurgimiento de un Dolittle más.

Y la victima de la catástrofe ya no es la Fox sino Universal Pictures, que con una inversión de 175 millones, más la enorme inversión publicitaria, a los primeros días del estreno sólo ha recaudado 14 millones a nivel mundial. Si bien son solo los números iniciales, no lucen nada bien y probablemente tampoco beneficiarán la carrera de Robert Downey Jr. en su regreso al cine luego de abandonar su exitoso “Iron Man”.

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