7 de junio 2007 - 00:00

"El titiritero se expone más que un actor de drama"

Adelaida Mangani: «El títere es un instrumento expresivo que al artista le permite sacar deadentro todo lo que uno quiera sin límites».
Adelaida Mangani: «El títere es un instrumento expresivo que al artista le permite sacar de adentro todo lo que uno quiera sin límites».
"El teatro de títeres no tiene límite alguno y la prueba está en las obras que han hecho, por ejemplo, el Periférico de objetos", dice Adelaida Mangani, directora del Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, fundado por Ariel Bufano. Este año la compañía cumple 30 años y lo festeja con el estreno de «El maravilloso viaje de Maese Trujamán y su extraordinaria compañía», antología que reúne fragmentos de 18 espectáculos estrenados por el grupo (sobre un total de 41).

También, desde el próximo sábado, podrá visitarse, en el Hall Carlos Morel del Teatro San Martín la muestra «30 años con guantes, hilos y varillas», que tiene el fin de dar a conocer los distintos tipos de muñecos, técnicas y personajes que han formado parte de la historia de esta compañía. Mangani se formó en el teatro de títeres junto a Bufano, de quien se enamoró cuando ambos eran docentes del Instituto Labardén. Aunque ella venía de la música (es egresada del Conservatorio de Música Manuel de Falla) y de la actividad teatral, el encuentro con Bufano le abrió otro camino.

«Nos enamoramos en 1961 y en 1968 debuté en uno de sus espectáculos; a partir de ahí seguí especializándome.

Fui su guante» recuerda la directora. Pero no se trata de una metáfora romántica: «guante» es el que ayuda en escena al maestro titiritero para aprender junto a él. Mangani asegura que quien entra en contacto con el lenguaje del títere ya no puede desligarse de él. Su hija, Ariadna Bufano, forma parte de la compañía desde hace once años, mientras que su hijo mayor Gabriel «Vicentico» Fernández Capello (ex Los Fabulosos Cadillacs) suele componer de tanto en tanto algún nuevo tema para sus espectáculos de títeres.

Periodista: ¿Cuál fue el criterio de selección para esta antología?

Adelaida Mangani: Seleccionamos 18 escenas de 18 espectáculos ya estrenados y las agrupamos por núcleos temáticos que se enlazan con la participación de algunos personajes emblemáticos del grupo, como Trujamán, o el director del Gran Circo. Elegimos espectáculos que estuvieran protagonizados por chicos, animales y héroes. También incluimos historias de amor y a poetas como Federico García Lorca, que está presente en la escena de los duendes de «Don Perlimplín». No sé si esa escena es para chicos, pero sentí que tenía que estar porque esos títeres los modeló Bufano. A lo mejor es un ataque de sentimentalismo personal... vamos a ver qué pasa en el transcurso de las funciones.

P.: ¿No es mucho una hora y media de espectáculo?

A.M.: Es el más largo que he montado. Quizás lo cortemos un poco. Lo que tiene de atractivo es que cada fragmento dura entre 3 y 5 minutos y esto hace que el espectáculo sea muy dinámico. Es para toda la familia, de 6 años en adelante. Aunque ya sabemos que por más que hagamos esta advertencia la gente viene igual con sus bebés o niñitos de un año. Tampoco le vamos a prohibir la entrada a la gente.

P.: ¿No extraña el teatro de adultos?

A.M.: Si uno se dedica a teatro de títeres para adultos puede abordar el tema que quiera. Nosotros, en el San Martín, hacemos cada tanto un espectáculo para adultos pero no es el fuerte de la compañía. Quiero aclarar una cosa: la gente piensa que el titiritero es alguien que renuncia a su persona, que lo que está frente al público es un objeto y no el titiritero. El títere es un instrumento expresivo que a uno le permite sacar de adentro todo lo que uno quiera sin límites. Es muy liberador, mucho más que la actuación que a uno lo encorseta en un personaje.

P.: ¿Qué opina de los títeres porno que dio a conocer un ex integrante de la compañía aquí y en España?

A.M.: No tuve oportunidad de verlos. Sé que era un espectáculo de Sergio Rosemblat porque él me invitó para que fuera a alguna de las funciones. Pero era muy tarde, después de la medianoche y yo a esa hora no suelo andar por la calle Corrientes.

P.: Rosemblat dijo que ese espectáculo fue resultado de una antigua polémica con Bufano quien sostenía que no se podían utilizar títeres para un espectáculo de ese tipo.

A.M.:
Desconozco esa polémica. Pero mi opinión es que no hay límites dentro de este oficio. Ahí está el Periférico de Objetos [creado por Daniel Veronese y Emilio García Wehbi, ex titiriteros del San Martín, y Ana Alvarado, la única que sigue trabajando junto a Mangani]. Aunque ya no es la compañía que era, se fueron despegando mucho del títere y también se fueron despegando mucho entre ellos. Ahora se juntan cada tanto. Recuerdo que su primer espectáculo fue una versión de «Ubú Rey» que estrenaron en Cemento, y que montaron después del estreno de «Pierrot negro», que dirigió Bufano en 1989. De allí tomaron la técnica de mesa del títere movido desde atrás. Luego fueron evolucionando hacia otros lenguajes pero empezaron con técnicas tradicionales que aprendieron acá.

Entrevista de Patricia Espinosa

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