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Ya nadie puede dudar del buen momento por el que atraviesa el jazz en la Argentina. Porque a la larga lista de intérpretes muy bien formados -y con capacidad de improvisación- se suma el hecho de que varios de ellos componen y muestran sus propias obras. La mayor parte del trabajo que realizan los músicos de por aquí tiene una fuerte impronta argentina, lo que da como resultado una variante que podríamos llamar «fusión» o «jazz latino» (en su versión tanguera o folklórica). Pero también están los que prefieren estilos más cercanos a los Estados Unidos o a Europa, partiendo del «hard bop» y/o del «free» y pasando por los lenguajes más emparentados con la música clásica, en armonías menos asequibles, en formas más extendidas, en instrumentaciones más trabajadas. En este último grupo se debería ubicar este muy buen trabajo encabezado por el saxofonista Antonio Arnedo. En «Hay otra orilla», este talentoso compositor e instrumentista entrega nueve títulos de su autoría, con un pico muy alto en el comienzo del álbum: « Acariciando el agua», una pieza de largo aliento que supera los diez minutos. Pero como importantísimovalor agregado, el disco cuenta con la participación de un también excelente trío de músicos acompañantes: Ernesto Jodos en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería, más el agregado del cornetista Enrique Norris.
Se trata de un disco con temas elaborados, con improvisaciones que no apuntan a la digestión fácil y con un sonido que no pretende endulzar los oídos de nadie. Y justamente por esa audacia es que el álbum es muy atractivo.
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