Los escotes y el calefón

Karina Mazzocco y Paula Trapani animan desde ayer el programa de actualidad «Mañaneras».

Todas mujeres, sin excepción, animan «Mañaneras», el debut de «América» con Karina Mazzocco y Paula Trapani, a quienes asemejan los rostros retocados con botox y los cuerpos torneados. Ayer, sin embargo, Trapani se le animó al escote pronunciado sin los implantes mamarios, que parecen ser obligados en casi todas las mujeres de la TV.

En el debut tuvieron la valiosaentrevista grabada a la viuda de Sebastián Forza, Solange, realizada no por la especialista en actualidad (Trapani) sino por quien se autodefine pacífica y zen, Mazzocco. Desgraciadamente, la entrevista resultó pobre, sin momentos relevantes y abundancia de frases del estilo «Espero que la justicia me diga que pasó». Lo único que destacaban en los pasillos del canal era que Mazzocco la había hecho llorar.

Más tarde la polémica pasó al tema de la efedrina. Fue ahí donde las columnistas Monica Katz, especialista en nutrición, y Merlina Licht, abogada, pelearon por el protagonismo.

La abogada comentó que «ahora buscan a fisicoculturistas pues consumen efedrina pero la ruta es mucho más compleja» a lo que la nutricionista aportó «Estuve investigando y la regulación de la ANMAT está vencida, venció el 19 de agosto de 2008».

Con producción de Gerardo Rozín, se advirtió dedicación de un mínimo de 10 minutos a cada tema, algo completamente extraño en una TV vertiginosa. También intentaron diferenciarse del típico programa con recetas de cocina y gimnasia, pero resta esperar la continuidad (y el rating).

No eludieron reiterar lo que abordaron todos: el casamiento de Roberto Piazza y una comunicación telefónica con él, quien sonó sobrio al lado de Fernando Peña en «AM» diciendo «No me va el circo de Roberto Piazza». En otro segmento apareció Carmela Bárbaro, quien en «El kiosko de Carmela» comentaba la revista «Gente» del miércoles pasado, lo que quedó verdaderamente viejo para un programa que valora la actualidad. Se refirió a las declaraciones de Carmen Barbieri, a propósito de su libro «Soy extralarge, ¿y qué?». Exaltada y a los gritos, dijo estar molesta porque Barbieri miente respecto de sus medidas (acusó 105 80 113). La columnista sacó un metro para demostrar que si su cintura medía 80, la de Barbieri debía tener mucho más. «Es una hipócrita» concluyó.

Algunas paradojas de un programa que toma con la misma solemnidad la cintura de Barbieri que la entrevista a la viuda de Forza.