6 de enero 2014 - 23:45

Los precios del arte generan confianza en otros mercados

“Le Réve” de Picasso (arriba) fue vendido en 2011 por u$s 155 millones por el magnate hotelero de Las Vegas Steve Winn, quien había pagado por él 48 millones en 1997.
“Le Réve” de Picasso (arriba) fue vendido en 2011 por u$s 155 millones por el magnate hotelero de Las Vegas Steve Winn, quien había pagado por él 48 millones en 1997.
El resguardo patrimonial que significa la obra de arte es, a estas alturas, innegable. Más aún cuando echamos un vistazo a algunos hechos de la historia reciente.

La confianza de los mercados es bien Influida por los precios del arte y ésta es, tal vez, la razón de los precios exorbitantes de las obras en 2013. Pero ¿de qué manera la danza de los millones que vemos en las subastas de obras de arte contribuiría a la salida de la crisis financiera a un país como EE.UU.? La respuesta está en la generacion de confianza a través de uno de los mercados de mayor significado simbólico en los medios de comunicación.

Así es según varios observadores que afirman que el mercado del arte ayudó a restablecer en EE.UU. la confianza en otros mercados durante la crisis financiera de 1991, a través de obras como la del mexicano Diego Rivera, cuya "Vendedora de Flores" se vendió en u$smillones, marca récord para una obra de arte latinoamericano por aquellos días. Si bien ése fue un precio muy inferior a los topes de otras ramas del arte de la época, marcó confianza por lo real de la suba.

Los Impresionistas, Modernos, Contemporáneos y de Posguerra son los encargados de reeditar el fenómeno tras la crisis del 2009, ayudando a restaurar la confianza en el sistema por la suba de algunas obras, esta vez producida al amparo de los magnates financieros, petroleros y otros, que invierten en arte los dividendos obtenidos en sus actividades centrales, aun siendo una crisis, originada en las hipotecas sobre bienes raíces que dejó como saldo millares de inversionistas confundidos y desconfiados.

La recuperación de los precios de las propiedades (con excepción de los de más alta gama ) llevará años y mucho trabajo. Mientras tanto, las inversiones en bonos, acciones y otros dan dividendos muy atractivos, pero -por asi decirlo son más papel impreso, y también más riesgo.
Y es en este estado de cosas donde entra el mercado del arte con todas sus características. Inversión confiable en el largo plazo, precios que se mantienen y trepan con una ganancia del 6.58 % anual en el cálculo más conservador, y 10% (en u$s ) en el más optimista, etcétera.

La iliquidez, que es el punto débil de estas inversiones, no es un inconveniente si se tiene tiempo, y algunas obras hasta se venden rápidamente con un recupero más que interesante.

Buscando sólo algunos ejemplos comprobables, obras que fueron subastadas a fines de los noventa, como "Le Rêve" , de Pablo Picasso, vendida por el magnate hotelero de Las Vegas Steve Winn al financista Steven Cohen, venta que finalmente no pudo concretarse porque Winn agujereó por accidente la tela de un codazo antes de entregársela a Cohen. La difusión que tuvo el hecho a nivel mundial subió el precio de la obra, que finalmente, una vez restaurada, fue vendida al mismo comprador en 2011 por u$s 155 millones, rentabilidad superlativa, habida cuenta de que Winn la había comprado en 1997 en u$s 48 millones.

Este no es el único dato de la realidad en el mercado internacional, ya que en el historial de las obras top se encuentran casos de obras aún más rentables. Muchos de ellos, acontecen en operaciones privadas y producen ganancias a veces mayores que las logradas en subastas.
Las operaciones privadas siguen siendo donde se juegan las cifras más importantes , y no todas se conocen, lo que hace que el mercado sea aún más atractivo para muchos inversores.

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