13 de mayo 2022 - 00:00

Miami: Tilson Thomas con Mahler en el concierto del adiós

tilson thomas. Víctima de un mal irreversible, se despidió con Mahler.
tilson thomas. Víctima de un mal irreversible, se despidió con Mahler.

Miami - El último concierto de la temporada señaló la despedida de Michael Tilson Thomas, creador y director de la New World Symphony, la academia orquestal de América con sede en Miami Beach desde 1987 que en su sede diseñada por Frank Gehry se ha convertido en el alma musical de esta ciudad. El mejor concierto de la temporada fue también fin de una era. Flamante “Director Laureado”, MTT se retira batallando valientemente contra un cáncer cerebral. En homenaje, la familia Arison donó 30 millones de dólares apuntalando el futuro del exitoso emprendimiento a la vez que a partir de ahora, el auditorio llevará su nombre.
A sala llena, más miles en el parque contiguo vía gigantesca pantalla, el programa reunió a Mahler- grabó su obra integral con la Sinfónica de San Francisco, su orquesta entre 1997-2020- con Joseph Boulogne, el célebre guadalupeño favorito de París, en su época conocido como “El Mozart negro”. El polímata Boulogne, personaje que merece mas de una película, fue además eximio violinista, tarea que recayó en su pendant de nuestros días, Gil Shaham en calidad de solista y director del Concierto N.9. Un efervescente aperitivo digno del opulento plato principal.
Largamente ovacionado al hacer su entrada como literal Ave Fénix, MTT entregó una Quinta Sinfonía inolvidable. Trascendente desde todo ángulo, se trató de un Mahler algo diferente al que acostumbra, menos espectacular, mas internalizado y decantado, esencial. Fue un baile elegante, sutil y provocador, combinando sofisticación vienesa con rusticidad campestre, menos decorativo que Klimt y mas cercano al movimiento continuo de La danza de la vida del noruego Munch. MTT plasmó esta Quinta, como esa danza de la vida y su destino, de quien hacia el final observa en panorámica su existencia. Frente a una lectura como esta sería pueril, anecdótico caer en fastidiosos detalles de ejecución musical; aquí se estuvo frente al resultado de la experiencia, de un resumen entregado con distante valentía sumado a una orquesta en “estado de gracia”.

Imposible no destacar que el Adagietto surgiendo de la nada para crecer y desatarse tristanesco, extinguiéndose hasta desaparecer con la misma emoción con la que había nacido. En esta carta de amor a Alma, el tiempo pareció detenerse señalando el cenit de la noche. Regresó la batalla mahleriana, quijotesca pero desde la contemplación, como lección eviscerada de violencia. El gigantesco Scherzo del segundo movimiento acabó por devorarla íntegra, esparciendo incontenible la impronta de la “broma” del término. En el socarrón Rondó, esa broma cobró ímpetu arrollador y entonces, como en el final del Falstaff verdiano, tanto Mahler como MTT, nos recordaron que “todo en el mundo es burla” asestando una lección de vida para hoy y para siempre. A los emocionados aplausos que coronaron la velada, sólo quedaría agregar el final del documental “Michael Tilson Thomas (1987-2022)” proyectado al comienzo, en tres palabras lo dice todo: “Thank you Michael”.

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