Una escena de «La pequeña Lili», agradable film del siempre preciso director francés Claude Miller que lamentablemente se estrena en la Argentina en una sala alternativa y en DVD.
«La pequeña Lili» (La petit Lili, Francia, 2003, habl. en francés). Dir.: C. Miller. Guión: C. Miller, J. Boivent, inspirado en A. Chejov. Int.: L. Sagnier, J.P. Marielle, N. García, B. Giraudeau, R. Stévenin, J. Dépardieu. PROYECCION EN DVD.
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Agradable en varios sentidos, «La pequeña Lili», del siempre preciso Claude Miller, representa muy bien una brillante tradición francesa de diálogos, actuaciones, enredos, y locaciones. Para el caso, la locación es una linda residencia de verano junto a un lago, donde coinciden varias personas con ánimo de relativo descanso. Casi todo transcurrirá allí mismo, para placer del público, de los directores de arte y fotografía, y de algunos personajes. No todos.
Por un lado, están la actriz ya consagrada y su actual novio, director de cine comercial ( Nicole García y Bernard Giraudeau). Por otro, el hijo ansioso con pretensiones artísticas y su actual novia, que también tiene sus naturales ansiedades ( Robinson Stévenin y la preciosa Ludivine Sagnier). Y entre medio, el hermano de la actriz, hombre ya grande que se tira a cómodo (el inefable Jean-Pierre Marielle), y unas pocas personas más, como el médico del lugar y la chica que anda por ahí, de perfil bajo pero más valiosa de lo que se piensa.
Entre esas criaturas se irán tendiendo y distendiendo algunas relaciones, hasta poner en entredicho determinadas cosas como el amor materno, el idealismo de una vocación, y hasta la pureza de un amor juvenil. Todo se resolverá finalmente en otro tiempo y lugar (Paris, lógicamente), y, si viene al caso, con otros amores (¿por qué no?). Ocasión para que además aparezca el gran Michel Piccoli, el único actor que -esto es cierto- hizo de marido de Brigitte Bardot y no ligó un solo beso ni siquiera en pantalla. Por algo la película donde ambos actuaban se llamaba «El desprecio».
La anécdota redondea la historia, libremente inspirada en «La gaviota» de Anton Chejov, con sus soñadores, sus acomodados, y sus haraganes. Lo mismo hace la realidad con esta película, que el año pasado vino encabezando una movida de cine francés por este mercado, y ahora se presenta directamente en DVD en una salita de las llamadas «alternativas».
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