22 de enero 2002 - 00:00
Mónica Viñao imprime a obra de Monti el método "Susuki"
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Mónica Viñao
Periodista: Este es el segundo texto de Monti que dirige...
Mónica Viñao: Así es, antes dirigí «Asunción» y hará unos cuatro años inicié con un equipo de actores un trabajo de investigación a partir de «Una pasión sudamericana». El texto de Monti me entusiasmó tanto que empecé a conversar con él y, después de ver nuestro trabajo, decidió escribir esta nueva obra que tiene un desenlace diferente y pone el foco en otro lugar. Una modificación muy importante es la aparición de dos personajes, los Mezzogiorno, que son artistas de circo y funcionan como siameses («masculino» y «femenino») unidos por el sexo. En realidad siempre están en tránsito entre los dos sexos.
P.: ¿Y cuál es el argumento?
P.: El teatro de Monti siempre invita a una reflexión muy crítica de nuestra historia y, aunque maneja un lenguaje de nivel poético, también se ocupa de incomodar al espectador.
M.V.: Esta obra tiene mucho de eso. Además de ser muy profunda y de tocar un universal al contraponer el amor a la guerra, también tiene muchos niveles de lectura: político, mítico, poético... Acá se habla del poder y de esa tierra del confín que, obviamente, evoca muchas cosas que nos son cercanas.
P.: Tampoco se priva el autor de otorgarle a algunos personajes un rasgo de obscenidad o de rodearlos de un humor más bien revulsivo.
M.V.: Yo no hablaría de obscenidad sino de una gran picardía. Todo lo que sucede es muy sensual y sensorial también, pero está envuelto en un clima más bien farsesco. El texto de Monti es muy conmovedor, muy violento y permite transitar por distintos estados emotivos. Habla de lo que nos está pasando a nosotros en la Argentina de hoy, donde es tan difícil y desgarrador encontrar una salida. Uno siente que realmente vive en la tierra del confín y al borde del mundo.
P.: A propósito ¿Cómo sobrevive nuestro teatro?
M.V.: Creo que a pesar de que nuestras expectativas y esperanzas se han deteriorado mucho, hay que seguir haciendo mientras se pueda y más desde la actividad artística que es el lugar desde donde una sociedad se piensa a sí misma, sobre todo desde el teatro que siempre fue su espejo.
Entrevista de Patricia Espinosa
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