«Poseidón» (id., EE.UU., 2006; habl. en inglés). Dir.: W. Petersen.-Int.: J. Lucas, K. Russell, R. Dreyfuss, M. Maestro, K. Dillon, E. Rossum.
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Treinta y cuatro años después del original, el nuevo «Poseidón» es la misma película con aplicación de «photoshop» de efectos especiales y sin la chispa irrecuperable de sus actores de entonces, entre ellos Gene Hackman, Shelley Winters, Ernest Borgnine y Red Buttons. Hasta Leslie Nielsen aparecía brevemente en aquella pionera producción de «cine catástrofe» interpretando al capitán de la nave en desgracia.
La versión Wolfgang Petersen, especialista en conflictos acuáticos a partir de la estupenda «El barco» de su etapa alemana, se concentra casi exclusivamente en el maquillaje tecnológico: la arquitectura del crucero de lujo, la impresionante ola tsunami que lo tumba (a la que ya le dio un papelito en «Una tormenta perfecta»), la geografía de la escapatoria en las entrañas del monstruo dado vuelta en el océano, y el desafío a la credulidad del espectador en tópicos tales como el de cuánto tiempo puede soportar una persona bajo el agua sin respirar.
Ahora bien, lo que resulta difícil en esta película es compadecerse por la suerte de los protagonistas. Fue Stalin quien dijo una vez que la muerte de una persona era una tragedia y la muerte de varios millones sólo era estadística: en «Poseidón», tal como ocurría en el film original (y en la novela de Paul Gallico) hay miles de pasajeros que el mar convierte de entrada en rápida estadística: el problema radica en que Petersen no llega a convertir en tragedia la suerte de los sobrevivientes. Dicho en otras palabras: esta película no es, ni por asomo, «Titanic». Carece de su emoción, de su lirismo y, disculpando el lugar común por lo acuático del caso, de su profundidad.
A Kurt Russell, antes de jubilarlo como héroe de películas de acción, le dan una de sus últimas chances para despuntar brevemente el vicio; Richard Dreyfuss, que sólo tiene 59 años pero parece un sobreviviente del Titanic en la actualidad, compone a un culto y desencantado gay que está por arrojarse al mar antes de la catástrofe, pero la ola gigantesca lo disuade sin que se sepa bien por qué; a la argentina Mía Maestro, fatalmente, le toca hacer de hispana y encima polizonte, y cada una de las apariciones de Kevin Dillon, en el papel de «Lucky Larry», pueden sumir en molestas cavilaciones a algunos espectadores. La razón es que se parece muchísimo a su famoso hermano Matt Dillon, y hasta que uno no descubre eso puede distraerse de lo que está pasando con el naufragio.
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