22 de octubre 2001 - 00:00

"Recién ahora me sentí preparado para hablar del legado de María"

Franco Zefirelli y María Callas.
Franco Zefirelli y María Callas.
Nueva York -Todo empezó con una ópera de Wagner. Al saber que «una griega» estaba dando que hablar en una puesta de «Parsifal», en el Teatro dell' Opera en Roma, Luchino Visconti y Franco Zeffirelli, que en 1948 trabajaban juntos respectivamente como director y escenógrafo de una pieza de Shakespeare, fueron a conocer a María Callas.

Ambos salieron encantados. Zeffirelli encontró a la soprano extraordinaria, a pesar de ser feúcha y de tener las piernas peludas. «Cuando la vi por primera vez, María estaba muy gorda. Era una verdadera ballena, como Pavarotti u otras figuras del género», explica el director italiano. «Pero tenía una voz como para llevar al público al delirio».

Zeffirelli, que más tarde se tornó cineasta, dirigiendo films como «Romeo y Julieta», «La fierecilla domada» y, más recientemente, «Hamlet» y «Té con Mussolini», desarrolló una gran amistad con María Callas. El presenció la ascención de la diva del bel canto al escenario mundial de la ópera; su radical cambio anatómico («Para adelgazar y tornarse más atractiva, María tenía una foto de Audrey Hepburn como modelo»); fue ganando su confianza, hasta ser invitado a dirigirla en óperas como «La Traviata» y «Lucia de Lammermoor».

El cineasta ahora rinde un homenaje a su amiga, transformando a la actriz francesa Fanny Ardant en María Callas. El viernes pasado, en la pequeña ciudad de Osuna, cerca de Sevilla, Zeffirelli filmó la última escena de «Callas forever». El largometraje que tiene su estreno mundial previsto para mediados de 2002, también cuenta con la participación de Jeremy Irons, Angela Molina, Joan Plowright y una aparición de Eugene Kohn, el maestro que acompañó a Callas en las master classes del Juilliard School, en Nueva York.

Poco antes de partir para España para filmar esas escenas, dialogamos telefónicamente con Zeffirelli que estaba en un hotel de Budapest preparándose para dormir, después de haber pasado un día entero filmando una escena de ballet de la ópera «Carmen».

Antecedentes

El cineasta contó que fue tentado con proyectos sobre Callas en dos ocasiones: a fines de los '70, cuando la Columbia Pictures quería contar la historia de la soprano, y nuevamente en la década del '90, cuando salió el libro «María Callas-La mujer detrás del mito» de Ariana Stassinopoulos que ganó la simpatía de Anjelica Huston. «Lo de la primera vez era prácticamente imposible, porque la muerte de Callas estaba aún muy presente en mi memoria», explica Zeffirelli. «El segundo proyecto estaba impregnado de chismes y yo quería mantenerme alejado de eso», continúa.

«Ahora, veinticinco años después, me sentí preparado, pues entiendo mejor el legado que ella dejó y quién fue María Callas. María sufrió mucho con sus hombres, principalmente Onassis, además de la pérdida de la voz, y la terrible hermana que tuvo. Todo eso resultó en una vida vacía. Ni un hijo tuvo», lamenta. «'Callas forever' es una obra de ficción, donde yo ima-gino lo que habría sido un posible regreso de Callas. Es un experimento, un truco que trae de vuelta a Callas al escenario operístico».

El truco que
Zeffirelli menciona es ejecutado por el empresario Larry Clark, interpretado por Irons. Clark es un persona-je ficticio, definido por el cineasta como «una amalgama de los asistentes, managers y otras figuras» que, como el cineasta, pasaron por la vida de la soprano. Ese empresario intenta convencer a una mujer que vive recluida en su departamento a hacer varios films basados en sus óperas preferidas. Callas sería filmada como aparenta, pero con una voz de 20 años atrás. Inicialmente ella rehúsa, alegando que sería un fraude, un pacto con el diablo. Pero es convencida por el empresario, principalmente porque el primer film sería una versión de «Carmen», ópera de Bizet que Callas nunca interpretó de forma integral en la escena, a pesar de haber hecho varios fragmentos en recitales y grabado la música en estudio.

Para interpretar el papel principal,
Fanny Ardant aprendió todas las arias interpretadas en el film. Callas no era totalmente extraña a la actriz francesa. Hace cuatro años, la musa y ex mujer de François Truffaut había interpretado a la soprano en la versión parisiense de la pieza «Master Class», que montó Roman Polanski. Ese texto del dramaturgo americano Terrence McNally fue creado en Broadway como vehículo para la actriz Zoe Caldwell que ganó el premio Tony.

Zeffirelli entretanto juzga ese texto como un insulto. «Está lleno de tonterías y falsa ironía. Pura especulación», dice. «Los diálogos de la pieza nunca habrían salido de la boca de María. Usando una expresión en inglés, se la caracterizó como una 'bitch'».

Rivalidad

En vida, Callas nunca comentó con su amigo italiano su atribulado paso por América del Sur, en 1951, cuando se presentó en el Municipal de Rio y de San Pablo, además del Teatro Colón de Buenos Aires. «Según lo que me fueron contando, la gran rivalidad entre María y la soprano Renata Tebaldi se acentuó del todo en un incidente en Rio», dice el director. «Renata había ganado a la prensa, pero al interpretar 'Norma' por primera vez, fue María la que terminó siendo ovacionada», concluye.

Entre las memorables performances de
Callas, Zeffirelli dice que la heroína de Bellini nunca fue superada. «Puedo hasta imaginarme dirigiendo otras versiones de 'La Traviata' y 'Tosca', pero nunca tocaría 'Norma', pues María era Norma». La última vez que Zeffirelli conversó con Callas fue en mayo de 1977, cuatro meses antes de la muerte de la cantante.

«Tuve una idea que creía muy buena para su regreso a la escena: hacer una ópera de Monteverdi, algo más simple», revela. «Le conté mi plan por teléfono y ella fue absolutamente María: 'Maravilloso, maravilloso, sí, sí, Franco; pero estoy un poco ocupada ahora; me estoy yendo para una isla de Grecia; llámame después». Zeffirelli estaba ensayando con Lawrence Olivier y Joan Plowright en el National Theater de Londres, cuando Callas murió. «Era una tarde. Larry ( Olivier) llegó y me llamó aparte diciendo que tenía malas noticias. Fue un shock».

Las contradicciones de Callas son los mejores recuerdos para Zeffirelli. «Ella era una persona muy distante, pero también vulnerable. Tenía sus berrinches, pero no era una diva.Y, a pesar de todos los porrazos que se dio en la vida, era absolutamente divertida.»


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