“Yasmina Reza escribió una obra en la que a través de una anécdota aparentemente simple, se accede a conceptos de una altura intelectual inusual. Su humor fino, su poesía, y conceptualmente superior a casi todo lo que circula habitualmente en las salas teatrales”, dice Inés Estévez, quien junto a Germán Palacios protagoniza y codirigen “El hombre inesperado”, que ofrece funciones en el Teatro Maipo.
Sigue la obra de Yasmina Reza con Germán Palacios e Inés Estévez en el Maipo
“El hombre inesperado”, de Reza, ofrece funciones en el Teatro Maipo y gira en torno a un encuentro impensado, dos soledades que coinciden en un mismo vagón de tren y cuyos pensamientos vuelan hasta entrecruzarse.
-
La vigencia de Ricardo III: una obra que expone la violencia de manera descarnada
-
Julieta Cayetina estrena en Timbre 4 una historia inspirada en su otra abuela

Germán Palacios e Inés Estévez en "El hombre inesperado" de Yasmina Reza que se presenta en el Maipo.
La obra gira en torno a un encuentro impensado, dos soledades que coinciden en un mismo vagón de tren y cuyos pensamientos vuelan hasta entrecruzarse. Conversamos con Estévez y Palacios.
Periodista: ¿Por qué les interesó esta obra de Reza?
Inés Estévez: Vi la versión que se hizo hace muchos años en Buenos Aires y supe que era un material único. Me conmovió especialmente esa combinación tan propia de Yasmina, en la que a través de una anécdota aparentemente simple, se accede a conceptos de una altura intelectual inusual. Su humor fino, su poesía, y confirmar que conceptualmente es superior a casi todo lo que circula habitualmente en las salas teatrales.
Germán Palacios: Luego de haber interpretado tantos años una de sus obras más conocidas como es ”Art”, además de una simpatía por la autora, a quien conozco y sé de su lado humano, quise hacer esta obra. Pudimos charlar con Inés con Yasmina y fue un importante envión.
P.: La obra orilla las soledades que coinciden y un diálogo que promete poesía humor y giros, ¿Cómo los interpelan?
I.E.: Los temas son universales y comunes a todos, pero están distribuidos con maestría y originalidad en un formato inexplorado. Los personajes están en una etapa de la vida en la que podría pensarse que tienen todo resuelto, y sin embargo van desnudando anhelos, dudas, búsquedas, deseos, con la intensidad de dos adolescentes y el encanto descarnado de esas confesiones que uno solo se permite hacerse a sí mismo. Los personajes están desprovistos de filtro y eso los vuelve vulnerables y cercanos.
G.P.: Aparecen los grandes temas, la vida, la muerte, la soledad, el amor, el sexo, el paso del tiempo, los vínculos. Todo de modo sutil, con humor, suspenso. Cuando la leí me sentí conmovido, tuve la certeza de que era un material que quería interpretar como actor. Fui haciendo diversas lecturas a través del tiempo dejando que decante y eso maceró hacia un trabajo respecto de dirección.
P.: ¿Qué tiene de atractivo ese diálogo en el viaje en tren, me recuerda al paseo de la pareja y ese discurrir en la trilogía de Linklater ?
I.E.: Muchos citan esa trilogía. Hay algo que se enciende cuando dos desconocidos conectan durante un trayecto que dura lo que dura un viaje. Esa finitud acelera los tiempos, genera un arrojo y propicia audacias que quizás nadie se permitiría si supiera que dispone de mas tiempo para abordar y conocer al otro. Las cosas se precipitan en esa desesperada necesidad de concretar lo que se anhela y transforma la instancia en una vivencia inolvidable e intensa.
P.: ¿Cómo están los personajes al comenzar y cómo es ese arco dramático que los lleva a la transformación?
I.E.: El es un hombre sumido en sus pensamientos, que giran en torno a cuestiones domésticas, personales, vinculares y a cuestionamientos artísticos. Oscila entre reflexiones prosaicas como si tomar o no laxantes, y otras absolutamente existenciales. Está en crisis y desea cambios en su vida. Ella, desde el momento en que entra en ese vagón y descubre que va a viajar junto al hombre que mas admira, ingresa en una inquietud casi adolescente, a través de la cual vamos descubriendo una gran inteligencia. Es una mujer brillante, que acaba de perder un amigo muy querido muerto recientemente y quizás esa pérdida la impulsa a vivenciarlo todo con arrojo y sin pudor.
G.P.: Es muy grande el arco, dentro de la estructura del viaje el espectador viaja y participa de sus pensamientos. Teje un vínculo entre ellos que se hace en el aire, hablando cada uno, se entreteje y finalmente termina entreverándose.
P.: ¿Cómo es dirigirse a ustedes mismos? ¿Por qué no una mirada desde afuera?
I.E.: En el proceso de analizar el texto, que nos llevó dos meses de reunirnos una vez a la semana con todas las versiones (francesa inglesa española y argentina) e ir memorizando la letra, iban surgiendo ideas de puesta, de colores, de tonos y texturas en la actuación, de música, de puntos de partida y abordajes. Llegó un momento en que iba a ser complejo trasladar todo eso a una tercera persona, a la que finalmente no íbamos a entregarle la autonomía creativa porque ya teníamos casi todo plasmado en la cabeza. De modo que German me propuso codirigirla y fue lo mas fluido y simple que he vivido en muchos años.
G.P.: Mirando para adentro y comunicándonos teníamos que dirigirla nosotros. No nos cerramos a unidades externas, hicimos ensayos con amigos pero confiamos en nuestra introspección, que es lo seguimos haciendo función tras función. Apasionante, novedoso y de mucho aprendizaje.
P.: ¿Cuánto de esto es azar? ¿Cuánto es destino? ¿Qué preguntas se hace la obra?
I.E.: Creo que es una obra que da respuestas. Y el público es partícipe de esas respuestas. Cada espectador viaja con los personajes y termina concluyendo lo que necesita concluir. No hay una sola respuesta, hay tantas como espectadores en la sala. Eso es lo inusual y encantador de esta gran obra de Yasmina Reza.
G.P.: Me parece hermoso lo que le pasa al personaje de Inés desde el punto de vista de la vitalidad que ella manifiesta y su valentía. Me gusta pensar que ella mejorará la supuesta amargura de mi personaje, que está revisando muchas cosas. El paso del tiempo aparentemente no le sienta bien. Al ser inteligente, irónico y sarcástico, pareciera ser que todo lo que dice que le pasa está un poco enmascarado en una situación particular. Ella, su admiradora, parece saber más de él que él mismo.
- Temas
- Teatro
Dejá tu comentario