13 de enero 2003 - 00:00

Sin la espectacularidad del Luna volvió el musical

Sin la espectacularidad del Luna volvió el musical
«Drácula», comedia musical de Pepe Cibrián Campoy y Angel Mahler. Con Juan Rodó, Cecilia Milone, Georgina Frere, Mariano Taccagni, Rubén Roberts y elenco. Esc.: Caldentey. Vest.: Fabían Lucca. Ilum. y Son.: Teddy Goldman. (Teatro Opera.)

Adoce años de su estreno, Drácula volvió sediento de sangre fresca y aplausos nuevos. Pasaron seis temporadas en el Luna Park, una en Mar del Plata, otra en Carlos Paz, las giras nacionales y las presentaciones en Chile, Barcelona y Brasil. Ahora, instalado en el Teatro Opera, la comedia tiene una dimensión menos espectacular, pero igualmente eficaz.

Parece más ingeniosa en lo lumínico y las estructuras metálicas siguen supliendo su cometido de abstraerse a pesadas escenografías y agilizar la acción. En la noche del estreno se observaron tensiones y varias actuaciones crispadas y de exagerada gestualidad que convendría atenuar; por caso el papel de Lucy, que es tan rico en matices, debería entrar gradualmente en la locura. Cuidar la dicción, tanto en el hablar como en el cantar, vale para el citado personaje y varios de sus compañeros.

Cecilia Milone
en el papel de Mina se consagra y sorprende por su intensidad dramática más que por su voz, de registro indefinido. Inobjetable y en las fronteras de la perfección vocal y actoral, a Juan Rodó sólo le caben ponderaciones. A los 36 años, éste notable barítono ha crecido al punto de adueñarse de la escena; al contrario de quienes comparten su labor, la claridad de su discurso y los textos del canto son ejemplos a seguir, así como la elegancia de movimientos e intensidad dramática.

Uno de los momentos más conmovedores de la representación lo brinda la debutante Roxana Fraschini en el transcurso de la comedia y en su única pero tocante canción a solas, invocando la protección de Dios para su doliente alma de madre adoptiva.

Pepe Cibrián Campoy
, inocultablemente emocionado, recordó a su padre, fallecido hace dos semanas, y a Tito Lecture, empresario inolvidable del mundo del espectáculo local; a juzgar por la demanda de localidades, es presumible que ésta reposición sea acompañada por el éxito y el esfuerzo de producción, así como el casi centenar de talentos jóvenes en el escenario, en el foso y en la compleja maquinaria técnicaz.

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