«Lejos de ella» («Away From Her», Canadá, 2006, habl. en inglés). Dir.: S. Polley. Int.: J. Christie, O. Dukakis, G. Pinsent, M. Murphy.
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Más que la historia sobre una mujer cuyas neuronas se van extinguiendo, este film habla de la lucidez que puede conservarse aún en momentos tan extremos como cuando se adopta la decisión de internarse ante un diagnóstico de Mal de Alzheimer.
Tierna y triste como la pareja protagónica, construida desde una mirada despojada de dramatismo, esta película por la que Julie Christie está nominada por cuarta vez al Oscar (lo ganó hace más de 40 años por «Darling», en 1966) fue dirigida por Sarah Polley (28 años) quien también coescribió el guión, basado en un cuento corto de Alice Munro. «Lejos de ella» también está nominada en la categoría de mejor guión adaptado.
Más conocida como actriz (fue la protagonistade dos de los mejores films de Isabel Coixet, «Mi vida sin mí» y «La vida secreta de las palabras») Polley logró como directora un film sensible, donde los rostros de Christie y el excelente Gordon Pinsent como su marido bastan para que el espectador imagine un pasado compartido y solitario, habituados a la lectura de libros y salidas para practicar esquí «cross country». Sin embargo también se sugiere algún desliz que resultó determinante. El único flashback es el rostro de la joven Fiona ( Christie) y frases de Grant (Pinsent) que reiteran que nunca quiso estar lejos de ella.
Conforme avanza el film se advierte que ese matrimonio de 44 años no fue todo rosas aunque ambos hayan fingido lo contrario, y se comprende que la extraña actitud de Fiona en el internado, antes de que la enfermedad avance sobre ella, acaso esté plenamente justificada. O quizá sea una suerte de venganza amparada en el mal: no por nada el hombre cree que su hábil esposa está actuando y de ese modo sublima su negación. Lo que tarda en admitir Grant es que nunca es tarde para el cambio, aunque deba ser desde la irracionalidad de una mente enferma.
Se luce Christie en un papel que le permite mayor expresividad y emotividad que en algunas de sus últimas incursiones en el cine, como en «Descubriendo el país de nunca jamás». A destacar también por su estupenda interpretación la joven enfermera (Alberta Watson) que mediante escuetas conversaciones logra percibira fondo la conexión entre personas que creían conocerse plenamente tras 40 años de vida compartida.
El dramatismo alterna con algunos momentos simpáticos; por caso, cuando Fiona juega a hacerse la olvidadiza para luego confesar que se acordaba de todo, y otras escenas conmovedoras en las que Grant lee «Cartas desde Islandia» a una mujer que no recuerda que su familiaprovenía de aquel país, y ni siquiera si algunavez había estado allí.
El film conduce, así, a la buscada encrucijada en la que el espectador se pregunta cuál mujer es la más real, si la que, enferma, no recuerda lo que ocurrió ayer pero conserva marcado a fuego lo que vivió hace 20 años, o la que estando sana fingía una madurez emocional que no tenía.
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