17 de septiembre 2025 - 00:00

Diálogos de Wall Street: decide la Fed, ¿habrá lugar para sorpresas?

La Fed culmina este miércoles una reunión largamente esperada y con un final anunciado: la primera baja de tasas desde diciembre. ¿Habrá lugar para sorpresas, Gordon Gekko?

La Fed y su decisión sobre tasas este miércoles, bajo el análisis de Gordon Gekko.

La Fed y su decisión sobre tasas este miércoles, bajo el análisis de Gordon Gekko.

Gordon Gekko: De julio a hoy, lo que cambió y mucho es la percepción sobre el mercado laboral. Faltaba la evidencia de una drástica reducción en el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo y hoy está claramente expuesta sobre la mesa.

P.: En junio se destruyó empleo -13 mil posiciones- y eso no se sabía en la reunión de julio.

G.G.: Tal cual. Y la tasa de desempleo escaló una décima en julio y otra en agosto. La lectura no es muy elevada -4,3%- y se ubica un par de décimas por debajo de lo que la Fed proyectaba en junio para diciembre, pero confirma la dinámica en ascenso. La desocupación escala rápido entre algunos grupos como afroamericanos y latinos que suelen ser la punta de lanza de un problema en gestación. Es mejor prevenir que curar. Esa es la razón que justifica la baja de tasas. No veo difícil así que se logre construir un consenso.

P.: Pero, la inflación también sube. Y la Fed está en "off side" con respecto a su meta de 2% desde la segunda mitad de 2021. ¿La inflación puede esperar?

G.G.: Sí.

P.: ¿A pesar de que ronda 2,9%? Subió medio punto desde mayo. No es poca cosa.

G.G.: Esos son los precios al consumidor. Si se mira el deflactor, el aumento a julio es de 2 décimas, a 2,6%. Pero que la inflación aumenta no se discute. Aunque el gobernador Chris Waller, uno de los dos disidentes en julio, y quien ya anticipó que votará por una reducción de un cuarto de punto, piensa que no es así. Waller señala que, si se excluye la incidencia de los aranceles, que es un efecto por única vez, la inflación está bajando.

P.: Creo haber escuchado decir a un presidente de distrito -Alberto Musalem, de la Fed de St Louis- que él no va a comprar esa idea, tirada de los pelos, de usar como referencia a una medida de inflación ex-aranceles.

G.G.: No hace falta tanto. Basta con que advierta la anemia del mercado de trabajo. Y que comparta la idea de que, en el pasado, una característica de este mercado es que el deterioro puede precipitarse con gran rapidez. Ese es el leit motiv de la baja de tasas. Un motivo de precaución.

P.: Es inevitable pensar que la Fed ha relajado su meta de inflación sin reconocerlo expresamente. Dice Mohammed El Erian, un analista muy escuchado, que la meta de verdad -la que dispara la toma de decisiones- ya no es 2% sino 3%.

G.G.: En sus proyecciones de junio, la Fed estima una inflación de 3% a fin de año. Si en julio estamos en 2,6%, como dijimos, hay margen para que trepe más y no sea un impedimento para recortar las tasas. Y no una sino dos veces. Pero la meta sigue siendo 2%. Eso no cambió.

P.: Se acata, pero no se cumple.

G.G.: Esa es la meta y no se modificó, aunque no haya prisa para alcanzarla. La Fed no espera conseguirla antes de 2028, según esas mismas proyecciones. Calcula una inflación de 2,4% a fin del año que viene y de 2,1% a fin de 2027.

P.: ¿Es un problema semántico o qué? En los hechos, la inflación puede permanecer durante largos períodos -digamos de 2021 a 2028- por encima de la meta. Y no pasa nada.

G.G.: En la medida que las expectativas de inflación a largo plazo no se alejen de la meta de 2% no pasa demasiado. Si las expectativas se desanclasen otra sería la historia. Lo que vimos en 2021-2023 es que la inflación pudo alejarse mucho de la meta -y superar inclusive el umbral de 7%- y las expectativas se mantuvieron firmes en torno a 2%. Es una cuestión de credibilidad a largo plazo que nunca había sido testeada de manera tan cruda y que no se agrietó. Eso permitió que la suba de tasas de la Fed tampoco necesitase trepar más alto que la inflación para que la inflación pegase la vuelta.

P.: La inflación al consumidor llegó a ser de 9%, y las tasas cortas tocaron 5,50% como valor máximo antes de empezar a retroceder el año pasado.

G.G.: La Fed tiene un mandato dual. Con credibilidad, puede descalzarse y permitir que la inflación se pasee por encima de la meta para tratar de cumplir mejor su mandato de pleno empleo. Creo que hoy ayuda que el impacto de los aranceles, cuando se mira los precios de las importaciones en tiempo real, sea muy acotado. La suba es limitada. Se detecta un pico en julio y un declive posterior de los precios. A la Fed no le gusta hablar de inflación transitoria después del Covid, pero eso es lo que identifica. Ve un ascenso puntual este año que revertirá el próximo.

P.: ¿Puede haber quórum para empujar una rebaja de medio punto?

G.G.: Puede haber una voz aislada, sí. Y hasta tres quizás (Waller, Bowman y el nuevo gobernador transitorio Stephen Miran que se estrenará en la función). Mi impresión es que va a haber unanimidad para un retoque de un cuarto de punto. En octubre se verá si hay necesidad de replicar la dosis. O si es más conveniente dejarlo para diciembre.

P.: ¿De qué depende?

G.G.: La data marcará el pulso de la baja de tasas. En junio se destruyó empleo. Julio y agosto mostraron señales de recuperación. La respuesta de los bonos largos, cuyas tasas ya bajaron en anticipación, será muy importante. Si acompañan la merma de las tasas cortas con una nueva retracción, si la tasa de diez años se hunde por debajo de 4%, será cómodo para la Fed repetir en la próxima reunión.

P.: ¿Qué cambia con un hombre de Trump en el corazón de la Fed?

G.G.: Mucho va a depender de la postura que asuma. ¿Se alinea con las posiciones de Waller y Bowman? En ese caso, no pasará gran cosa. ¿Es un ariete que procura imponer la reducción drástica de tasas que impulsa Trump? Es otra historia. Si Waller y Bowman son los que se alinean, se le hará difícil a Powell conducir a la institución hasta mayo que es cuando fenece su mandato. Eso es poco probable, pero uno nunca sabe. Si Miran es una especie de llanero solitario, decidido pero aislado, será incómodo, como ya lo es lidiar con Trump, pero no más que eso. En todos los casos, creo que Powell conservará la independencia del banco central hasta entregar las riendas. Y, a juzgar por los precios, los mercados piensan parecido.

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