Se encendió una fuerte señal de alerta sobre la economía argentina, según un reciente relevamiento que mostró que la probabilidad de que el país ingrese en recesión se disparó 98,61% en agosto, frente al 56,16% de julio. Se trata de un salto de más de 42 puntos porcentuales en apenas un mes, que coincide con la fuerte tensión cambiaria y las supertasas de interés convalidadas por el equipo económico.
La probabilidad de recesión saltó a casi 100% ante la fuerte tensión cambiaria y las supertasas
El dato surge de un reciente informe analizó el desplome en agosto. Se encienden señales de alarma para empresas, inversores y autoridades.
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El informe es del mes de agosto, y anticipa el informe de actividad publicado por el INDEC.
Se trata del dato publicado por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) del Índice Líder (IL), permite anticipar los puntos de giro en el ciclo económico, mostrando de manera temprana la salida de una fase de expansión y el ingreso en una recesiva. Para su construcción, se utilizan diez series mensuales que incluyen datos como el Índice General de la Bolsa de Comercio, el Merval, el agregado monetario M1, el precio FOB de la soja, ventas de autos a concesionarios, recaudación de IVA, despacho de cemento, el Índice de Confianza del Consumidor y los índices de producción industrial para minerales no metálicos y siderurgia.
El resultado de agosto marca un cambio abrupto de tendencia en el gráfico evolutivo del indicador, que había mostrado estabilidad en meses previos: en mayo la probabilidad fue de 57,08%, en junio de 56,16% y en julio se mantuvo en el mismo nivel. El salto de agosto refleja, según la UTDT, la sincronización negativa de varias series clave, aunque el documento evita ofrecer una interpretación cualitativa o pronósticos fuera del plano estadístico.
“El Índice Líder resume información de variables que suelen cambiar de tendencia antes que la economía en su conjunto, permitiendo anticipar con cierto grado de probabilidad el momento en que se abandona el ciclo expansivo”, señala el reporte, que aclara que su finalidad es servir como herramienta para el seguimiento del ciclo económico y la toma de decisiones, sin sustituir los diagnósticos oficiales sobre recesión.
El Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT remarca que la interpretación del IL debe realizarse dentro del marco conceptual del ciclo de negocios y complementarse con otros indicadores. Además, advierte que las variaciones mensuales pueden ser bruscas si los componentes principales se alteran en simultáneo, por lo que recomienda observar tanto los movimientos individuales de las series como el índice compuesto.
Con actualización mensual, el IL es utilizado como referencia por bancos, consultoras, áreas de monitoreo estatal y economistas privados. La nueva medición de agosto se convierte así en una señal temprana de riesgo macroeconómico para los próximos meses.
Semáforo de la actividad
Como para trazar una radiografía actual, se observa que la actividad económica de la provincia de Buenos Aires marcó una retracción de 1,4% en agosto, según los últimos datos del índice PulsoPBA. Esto se atribuyó, según explicaron los funcionarios a cargo, al endurecimiento de las condiciones monetarias impulsado por el Banco Central, que está generando efectos concretos en la economía real, como “la caída del crédito, el deterioro de los ingresos familiares y una profundización de la recesión”.
Además, el consumo privado tampoco habría atravesado su mejor agosto, ya que cayó 3,2% mensual, según el índice la Facultad de Negocios de la Universidad de Palermo (UP).
En el sector de la construcción, uno de los más golpeados desde noviembre de 2023, el consumo de cemento cayó 0,6% mensual, de acuerdo a Econviews con base en datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP). La misma consultora también adelantó que los patentamientos de autos cayeron 3,1% y el de motos 1%.
Por su parte, los préstamos en pesos al sector privado subieron 2,4% desestacionalizado contra julio, mientras que los créditos al consumo aumentaron 2,7%, aunque los préstamos comerciales cayeron 3%. A su vez, los aportes a la seguridad social bajaron 1,1% en la comparativa mensual.
Con este enfriamiento de la economía, la previsiones privadas de crecimiento ya bajaron y prevén que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca entre 3,6% y 4%. El relevamiento de expectativas del mercado que publica el Banco Central (BCRA), que hasta el momento es la proyección más positiva, estima que se ubicaría en el 4,4%, según su último informe. Así y todo, las estimaciones se ubican por debajo del crecimiento pautado en el proyecto de Presupuesto 2026 para este año, que se posicionó en el 5,4% promedio.
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