Wall Street se encamina a cerrar su mejor año en décadas en términos de rendimientos, al anotar un 26,5%. Algunas voces sostienen que la actual es la suba más fuerte del S&P 500 desde 1928, otras disienten con este análisis, pero reconocen que es uno de los mejores años de su historia, por lo que surge la duda si tras las jugosas ganancias, el rally se extenderá en 2025.
Wall Street cierra su mejor año en décadas y emerge una duda crucial, ¿cuándo llegará la toma de ganancias?
El futuro del S&P 500 en 2025 es incierto, con analistas divididos entre un optimismo moderado, impulsado por el crecimiento económico y las tecnológicas. Pero hay alarmas debido a la alta concentración del mercado, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de los rendimientos excepcionales de los últimos años.
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Al respecto, la historia ofrece un veredicto mixto sobre lo que podría suceder el próximo año. Según los datos disponibles, en 2023, el S&P 500 finalizó con un alza del 24%. Mientras que, en 2024, se estima un aumento superior al 26%. Si este rendimiento se mantiene, será apenas la cuarta vez en los últimos 100 años que el índice registra ganancias superiores al 20% durante dos años consecutivos, según un estudio de Bank of America (BofA).
Estas rachas históricas ofrecen algunos indicios sobre lo que se podría esperar en 2025. Mientras que en el norte, los principales bancos de Wall Street se encuentran divididos sobre lo que sucederá en la plaza neoyorquina en los próximos años, aunque son más las miradas optimistas que las de alarma.
El S&P 500 alcanzó hasta ahora 52 máximos históricos a su cierre en 2024. Los únicos años con más máximos históricos son: 1995 (77), 2021 (70), 1964 (65), 2017 (62), 2014 (53) y 1961 (53), según cálculos privados.
Wall Street: el historial no ofrece una respuesta definitiva
En dos ocasiones, durante las décadas de 1920 y 1930, después de dos años de retornos superiores al 20%, el S&P 500 retrocedió en su tercer año. Tras grandes avances en 1927 y 1928, el 1929, que incluyó el infame "Lunes Negro", cuando las acciones cayeron un 13%. Después sucedieron los eventos que llevaron a la Gran Depresión.
El repunte de 1935-1936 resultó ser un falso amanecer en medio de la crisis de 1929. Justo cuando parecía que el "New Deal" había puesto a la economía de EEUU en el camino correcto, esta se sumergió otra vez en una profunda recesión que duró hasta la Segunda Guerra Mundial.
Después de grandes ganancias en 1954 y 1955, el S&P 500 apenas logró un modesto avance en su tercer año, 1956. Fue el final de un largo mercado alcista posterior a la guerra, que comenzó en junio de 1949 y terminó en agosto de 1956. En 1995-1996, el repunte del S&P 500 continuó, con ganancias importantes en los tres años siguientes hasta 2000, cuando el índice sufrió tres años consecutivos de pérdidas.
Un reciente informe de Goldman Sachs se muestra poco positivo con relación al principal índice de Wall Street. Asegura que el pronóstico se debe a la concentración del mercado, "que actualmente está cerca de su nivel más alto en 100 años", lo que afecta los rendimientos a largo plazo debido a las dificultades para mantener un crecimiento sostenido en ventas y márgenes, tanto a nivel empresarial como en índices concentrados".
No obstante, otros bancos como J.P Morgan y Wells Fargo se mantienen "optimistas" para el mercado de acciones. El primero cambió su proyección bajista que mantuvo desde 2022 para el S&P 500 y el segundo espera que el índice alcance los 7.000 puntos en 2025. El objetivo es apenas siete puntos superior al de Deutsche Bank y Yardeni Research, quienes proyectan que el S&P 500 cerrará el próximo año muy cerca de los 7.000.
El S&P500 bajo la lupa de los analistas
Diego Ilan Méndez, Team Leader de Créditos Corporativos en Portfolio Personal de Inversiones (PPI), sostiene en diálogo con Ámbito que de entrada la proyección para 2025 es positiva. El estratega analiza que la realidad es que ir en contra del sector tecnológico "es extremadamente difícil".
Explica que estas empresas son "verdaderas generadoras de efectivo, con un flujo de caja impresionante", por lo que considera que el rally de las tecnológicas tiene margen para continuar precisamente por esta razón. Además, "el enfoque nacionalista de Donald Trump podría beneficiar a la industria tecnológica", indica el estratega.
Por su parte, Tomás Ambrosetti, director de Guardian Capital, analiza que es natural que surjan dudas sobre el futuro de las acciones estadounidense, pues el 2024 fue un gran año para la plaza neoyorquina, "lo que genera pensamientos y dudas sobre si en 2025 las subas continuarán".
Ambrosetti indica que se puede mantener el optimismo porque se anticipa un crecimiento de la economía americana durante el año próximo, lo cual impulsaría el precio de las acciones. "Los grandes bancos como Bank of America (BofA) también inclinan sus predicciones por ese lado y proyectan un S&P500 con valores 10% superiores al actual", analiza.
Agrega además que un punto interesante y a tener en cuenta es que la suba podría darse por las acciones que no forman parte de “Las grandes 7”: "Apple (AAPL), Alphabet (GOOG), Microsoft (MSFT), Amazon (AMZN), Meta (META), Tesla (TSLA), y Nvidia (NVDA), sino que "podría estar repartido en las otras 493 empresas del índice".
Wall Street: qué empresas le gustan al mercado
Ilan Méndez opina que la postura de Trump sobre la imposición de aranceles a otros países, podría generar cierta protección para las empresas estadounidenses. Ahí le resulta que, el rezago que mostró el Dow Jones y el Russell 2000 respecto al S&P 500 desde finales de 2022 podría revertirse. "Históricamente, estos índices han tenido un "catch-up" posterior, lo que podría representar una oportunidad de valor en el corto plazo", asegura.
El temor, indica el estratega, para las empresas del Russell, radica en que las tarifas puedan derivar en una mayor inflación. A su vez, esto podría llevar a tasas de interés más altas, lo que mermaría los márgenes de compañías que, en muchos casos, están más apalancadas. A pesar de estos riesgos, en términos generales, el experto promulga la idea de aumentar exposición en este segmento, aunque clara que esto no significa que esté en contra del sector tecnológico, el cual cree seguirá creciendo. Advierte sobre Nvidia, porque es una empresa que le genera más cautela debido a sus múltiplos de valoración son "extremadamente altos".
Ambrosetti por su parte, recomienda rotar las inversiones hacia el Invesco S&P 500 Equal Weight ETF (ETF RSP) o similares. Que son fondos “equal weight” en donde las 500 empresas del S&P500 tienen la misma ponderación cada una, sin importar el tamaño de la empresa.
Este enfoque igualitario busca ofrecer una exposición más balanceada al S&P 500, sin dar un peso desproporcionado a las grandes empresas tecnológicas que dominan el índice tradicional, por lo que el ETF RSP puede ser atractivo para los inversores que buscan diversificación y que creen que las acciones de menor capitalización dentro del S&P 500 pueden tener un mejor desempeño con relación, por ejemplo, a las Siete Magníficas.
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