Gabriela, la madre de Paola Mariana Lens - la mujer que estuvo 8 días desaparecida en Palma de Mallorca, España - confirmó que recibió un llamado de una comisaría española, desde donde le confirmaron que su hija se había sido ubicada y se encontraba en la dependencia. Sin embargo, no pudo mantener una conversación con su hija y por el momento no se conoce que sucedió durante los 8 días que estuvo incomunicada.
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La mujer dio detalles de la conversación que mantuvo con una comisaría de España. Sin embargo, también explicó no pudo hablar con Mariana y que no tiene más información de lo ocurrido durante los últimos días.
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Mariana estuvo 8 días sin contactarse con sus familiares.
"Me dijeron que estaba con ellos, y que iba a quedarse", detalló Gabriela sobre el contacto con las autoridades españolas. La mujer viajará este mediodía para corroborar lo informado y asegurarse del estado de salud de Mariana.
La comunicación con las autoridades españolas
Según declaró la mujer frente a diferentes medios televisivos, la noticia de que Mariana se encontraba bien fue confirmada por "la Policía que busca a los ciudadanos extranjeros", es decir, la Policía Nacional. A pesar del contacto, Gabriela explicó que las autoridades no le dieron más información y que no pudo conversar con su hija.
Antes de la noticia llegada desde España, un amigo de Mariana había recibido un extraño mensaje en su celular al intentar comunicarse con ella. "Amiga, están todos muy preocupados a un extremo muy fuerte. Haceles una videollamada para que te vean y sepan que estás bien, porque están movilizando a la Policía allá y a mí también me re preocuparon. Háblame apenas veas esto, no cortes, por favor, te lo pido”, le había rogado el joven.
Horas después, Mariana contestó: "En este momento necesito tomar distancia de la familia. No es por un hecho puntual ni con intención de generar conflicto, sino porque necesito enfocarme en mi bienestar emocional y en construir un espacio más sano para mí. Les pido que respeten este límite sin buscar contactarme por ahora. No estoy buscando explicaciones, discusiones ni respuestas. Esta decisión no pretende herir a nadie, pero es necesaria para mí en este momento. Cuando sienta que estoy lista para retomar el contacto lo haré. Hasta entonces, el silencio no es contra ustedes, sino a favor mío”.
El caso de la desaparición de Mariana
El 14 de octubre fue la última vez que la familia de Mariana tuvo noticias suyas. Desde entonces, su entorno atraviesa momentos de incertidumbre y desesperación. “Teníamos una conversación fluida y, de repente, el 14 fue la última vez que hablamos. Pasaron un par de días, pero el sábado desinstaló WhatsApp, empezó a bloquear contactos de Instagram y ahí empezamos a investigar para hacer las denuncias correspondientes”, relató su madre en diálogo con Crónica TV.
La mujer explicó que lograron contactar a una joven que había hablado recientemente con su hija. “Tuvimos contacto con una chica. Ella se comunicó con mi hija y me dijo que no le cerraba lo que había hablado con ella. Cuando la llamó, le habló muy poquito tiempo. A pesar de que le estaba diciendo que estaba todo bien, ella no le creía“, sostuvo.
Las sospechas se intensificaron cuando algunos conocidos de Mariana informaron haber recibido breves comunicaciones telefónicas, de apenas segundos, y una videollamada sin sonido en la que la joven aparecía visiblemente alterada. “Todo indica que está en un lugar bajo amenaza. Estuvo en la calle y le hizo una videollamada de 30 segundos a alguien acompañada de otra persona. Y no sabemos quién es“, denunció Gabriela, su madre.
Antes de viajar a Europa, la joven había tenido dos entrevistas con presuntos empleadores alemanes. El acuerdo laboral, presentado como un “intercambio cultural”, ofrecía un pago mensual de 300 euros junto con alojamiento, comidas, pasajes, un curso de idiomas y el acceso a un gimnasio, a cambio de una jornada laboral de ocho horas. La familia, sin embargo, desconoce el nombre de la aplicación a través de la cual se produjo el contacto.
Actualmente, la madre intenta radicar una denuncia en España a través de intermediarios, aunque las autoridades locales no habrían aceptado el trámite por no conocer personalmente a la joven. Desde Cancillería argentina confirmaron que el caso ya está siendo seguido de cerca por el consulado correspondiente.
Otro elemento que suma preocupación al entorno familiar es un audio incorporado como prueba de una conversación entre Mariana y un amigo. En la grabación, la joven intenta mostrarse tranquila, pero se la escucha llorar. Durante el diálogo, el joven le pregunta: “¿Y por qué estás en Mallorca, gorda?”, a lo que ella responde: “Porque me vine acá, porque me salió un laburo acá”.
El amigo, al notar su tono de voz, insiste en viajar a verla: “Vale, vale, escúchame una cosa, voy a ir para Mallorca, así nos vemos”. Luego agrega: “¿Amiga? Voy a Mallorca. Escucha...”. Sin embargo, Mariana, entre lágrimas, replica: “No tenés que hacer esto”.
“Amiga. Te extraño mucho. Necesito que estés acá conmigo. Te necesito”, continúa él, y la joven le contesta: “Sos de las pocas personas que puedo confiar, boludo”.
En el cierre del intercambio, Mariana intenta justificar su permanencia en el lugar: “Estoy laburando. Tengo un re laburo y no lo puedo perder”. Y concluye: “Ahora tengo un laburo bueno, estoy en la mierda y no quiero volver a cero”.
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