Estamos atravesando días de intenso calor en buena parte del país y para muchos el aire acondicionado es una suerte de oasis al que abrazarse, o por lo menos ponerse cerquita. El tema es cómo aprovecharlo para nos rinda más y, a la vez, consuma lo menos posible, y así no golpeen tanto nuestro bolsillo. En el uso criterioso está la cuestión.
Cómo hacer para que el aire acondicionado nos rinda más
El aire acondicionado parece la gran solución en los lugares cerrados ante el calor extremo. Sin embargo, hay tips para maximizar su rendimiento.
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Salvador Gil, doctor en Física e investigador especializado en consumos de energía, asegura que se pueden conseguir ahorros del 30% al 60% en los gastos de refrigeración de una vivienda, sin sacrificar el confort.
En las recomendaciones, publicadas por la Secretaría de Energía, se sugiere primeramente limpiar bien los filtros. Hacerlo una vez por mes o al menos al comienzo de cada temporada. Si los filtros están sucios, se obliga al equipo a funcionar por más tiempo que lo normal, lo que eleva el consumo de electricidad.
Seguidamente, que los ambientes estén bien aislados. No sólo cerrar puertas y ventanas, sino bloquear todas las hendijas y grietas por las que pueda haber infiltraciones de aire. Incluso se pueden colocar burletes.
Otro punto es limitar el ingreso de luz solar. Los rayos de sol contribuyen a caldear los ambientes y fuerzan al acondicionador a trabajar más. Por eso, mejor usar cortinas de colores claros, persianas, o parasoles.
Con ropa liviana la mayoría de las personas no necesitan estar a menos de 25° para sentirse cómodas durante el día, ni a menos de 27° mientras duermen. Sólo subir el aire de 24° a 25° permitirá gastar un 34% menos de energía. En cambio, bajar dos grados el termostato implicará consumir un 30% más. Atenti a ese dato.
Programar el aire en 18° cuando se llega al hogar no logrará que el ambiente se enfríe más rápido. Si se lo fija en 25° y el equipo detecta que la temperatura es muy superior a eso, igual funcionará a máxima potencia hasta alcanzar la meta, sin riesgo de terminar enfriando en exceso.
A la noche es mejor un ventilador. En los momentos en que la temperatura exterior cede por debajo de 29° o 30°, estos aparatos pueden resultar más que suficiente para sentirse bien. Consumen la décima parte de la energía que un aire y logran generar una sensación de descenso de temperatura de entre 3° y 5°.
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