6 de julio 2020 - 00:00

Centros de esquí perderán $1.000 millones por no abrir

Los centros de esquí de la Argentina temen perder la temporada de invierno. De ser así, ya estiman pérdidas de 1.000 millones de pesos para el sector. El dato lo aportó Pablo Torres García, titular de la Cámara Argentina de Esquí y Montaña (CAEM) y presidente de Cerro Bayo.

En general, si la nieve acompaña, a mediados de junio las montañas para practicar deportes de invierno ya suelen estar operativas. Pero este año no sólo no abrieron sino que la falta de vuelos hasta septiembre y las rutas cerradas ya muestran que será complicada su apertura. Paradójicamente, este año las montañas de la Patagonia y de Mendoza ya están cubiertas de nieve, algo que no siempre sucede.

“Estamos analizando abrir los fines de semana una parte del cerro y para el público local, sin embargo bajo este formato no tendríamos ganancias sino que lo haríamos por una responsabilidad social empresaria...”, aseguró a este diario Torres García.

Sumado a eso, tampoco se necesitaría la cantidad de personal que emplean generalmente en la temporada, con un cerro menos operativo y una pequeña cantidad de visitantes, razón por la que piden sumar al personal temporal al ATP.

De todas maneras esta idea continúa analizándose, ya que depende de cada provincia y los contagios y la fase en la que se encuentren llegado el momento.

Con esta situación, no solo son los centros de esquí los que pierden sino también todos los empleos indirectos que se crean a partir de este producto, que se calculan que son unos 65.000 entre hoteles, restoranes, etc. En tanto, son unos 5.000 los que trabajan de manera directa.

El primero en bajar los brazos hace algunas semanas fue el centro de esquí Las Leñas, que ya había anunciado que no iba a abrir este invierno, al que siguió La Hoya, en Neuquén.

Mientras tanto, ya está presentando hace más de un mes un protocolo sanitario que comprende obligatoriamente el distanciamiento entre las personas, controles de temperatura y testeos de olfato y gusto, uso de tapabocas, medios de elevación con capacidad reducida, desinfección de todos los elementos como tablas y bastones, platos y cubiertos de plástico en el caso de los restoranes en el cerro, entre otras medidas. Pese a su presentación, cada vez parece más lejana la posibilidad de la apertura.

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