En el libro «El periodismo atrasado» (1996), Julio Ramos dejó otro valioso testimonio sobre la creación de uno de los géneros más exitosos de Ambito Financiero, la sección Charlas de Quincho. Vale la anécdota, pero más el razonamiento que daba el fundador de este diario cuando se creaba una manera novedosa, en fondo y forma, de dirigirse al público.
«Siempre me preguntan por qué inventé en Ambito Financiero la sección Charlas de Quincho y por qué desde su primer día de publicación, allá por 1990, la cerramos cada lunes, único día en que aparece, con un chiste que, la mayoría de las veces, es de tono fuerte y muy comúnmente mordaz. Contesto que lo hice precisamente para eso, para vencer la tendencia al escepticismo y narrar hechos, circunstancias y hasta comentarios en una forma fresca y espontánea, como se habla en las reuniones con cena o comidas para hacer negocios o las familiares o las de amigos. Observé en todas ellas el tono franco del diálogo. Y observé también en la mayoría el cierre, en sobremesas prolongadas, con chistes de tono fuerte y mordacidad. Es la forma de ser más común, al menos, del argentino de cualquier clase social.»
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