Un informe presentado por investigadores estadounidenses ha constatado que los adolescentes que vapean presentan más uranio y plomo en la orina que los que no, y que los niveles de estos metales tóxicos son más altos cuanto más frecuente es el uso de cigarrillos electrónicos.
¡Cuidado con vapear! Cómo afecta en el desarrollo del cerebro el cigarrillo electrónico a los más jóvenes
Vapear a edades tempranas aumenta la exposición a metales tóxicos, que podría dañar el desarrollo del cerebro.
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Este estudio fue publicado por la revista Tobacco Control y fue uno de los más importantes en Estados Unidos sobre tabaco y salud juvenil. Participaron 1.607 adolescentes de entre 13 y 17 años.
Cómo afecta fumar vape a edades tempranas en el desarrollo del cerebro
En el estudio que participaron 1.607 adolescentes de entre 13 y 17 años, 200 de ellos fumadores exclusivos de cigarrillos electrónicos, se analizaron muestras de orina para detectar la presencia de cadmio, plomo y uranio. Los resultados de los análisis mostraron que tanto los vapeadores frecuentes (más de 20 días al mes) como los intermitentes (entre 6 y 19 días al mes) presentaban niveles más altos de plomo y de uranio que los ocasionales (entre 1 y 5 días al mes).
También se reveló que aquellos usuarios de vape con sabores dulces tenían niveles más altos de uranio que quienes preferían sabores mentolados.
Ya se había probado es estudios previos que la exposición a estos metales tóxicos de los aerosoles y líquidos de los cigarrillos electrónicos está relacionado con el deterioro cognitivo, los trastornos del comportamiento, las complicaciones respiratorias, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, y es especialmente perjudicial durante el desarrollo.
Andrés Zamorano, responsable del grupo de tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y miembro del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) explica que: "La OMS determinó que el plomo es una de las 10 sustancias químicas más peligrosas para la salud pública y que requieren la intervención de los Estados para proteger a sus ciudadanos; se distribuye por el organismo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos, donde se deposita y puede acumularse con el paso del tiempo”.
Las consecuencias de la exposición al plomo son especialmente graves y permanentes en los niños porque puede afectar al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso.
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