Cada 12 de noviembre se recuerda en todo el mundo una enfermedad respiratoria que, pese a los avances médicos, sigue cobrando millones de vidas al año. El Día Mundial contra la Neumonía es una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef que busca visibilizar una problemática que afecta a todas las edades, pero ataca con mayor fuerza a los niños pequeños y adultos mayores.
Día Mundial de la Neumonía: cuáles son los síntomas y quiénes están en riesgo
Cada 12 de noviembre se busca concientizar sobre la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y la vacunación contra esta enfermedad.
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Día Mundial contra la Neumonía: ¿Por qué se conmemora el 12 de noviembre?
La neumonía puede afectar a personas de cualquier edad, pero tiene mayor impacto en bebés, adultos mayores y pacientes crónicos.
La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) advierte que esta infección pulmonar continúa siendo la principal causa infecciosa de muerte, incluso por encima de otras patologías crónicas. Además, su impacto se agrava por las desigualdades en el acceso a la salud. Así, el objetivo de la jornada es concientizar sobre la prevención, el diagnóstico temprano y la vacunación.
A quiénes afecta la neumonía
De acuerdo al sitio MedlinePlus, la neumonía es una infección que inflama los alvéolos (los pequeños sacos de aire dentro de los pulmones), haciendo que se llenen de líquido o pus y dificultando la respiración. Puede afectar a un solo pulmón o a ambos y su gravedad varía según la edad, el estado de salud y el tipo de microorganismo que la provoca.
Las causas más frecuentes son las bacterias, como Streptococcus pneumoniae, aunque también pueden desencadenarla virus (entre ellos el de la gripe, el sincitial respiratorio o el SARS-CoV-2) y, en menor medida, hongos (Pneumocystis o Histoplasma).
Aunque cualquier persona puede contraerla, existen grupos con mayor riesgo: los niños menores de dos años, los adultos mayores de 65, quienes padecen enfermedades respiratorias o crónicas (como diabetes o insuficiencia cardíaca), y las personas expuestas a contaminantes o al humo del tabaco.
También aumenta el peligro en pacientes hospitalizados o con movilidad reducida, ya que las defensas naturales del cuerpo están comprometidas y en las unidades de atención sanitaria la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos es un agravante.
¿Cuáles son los síntomas de la neumonía?
Los síntomas de la neumonía pueden variar de leves a graves, pero en general incluyen:
- Fiebre alta
- Escalofríos
- Tos persistente (a veces con flema espesa)
- Dolor torácico al respirar o toser
- Dificultad para respirar
- En algunos casos, pueden presentarse náuseas, vómitos o diarrea.
En los niños pequeños, los signos pueden ser menos evidentes, como irritabilidad, falta de energía o rechazo a ciertos alimentos. En los adultos mayores, en cambio, la infección puede manifestarse con confusión, debilidad o una temperatura corporal más baja de lo habitual.
La enfermedad puede comenzar como un resfrío o una gripe que no mejora con el paso de los días, pero que avanza con un empeoramiento progresivo de la tos y el cansancio. En los casos más graves, puede derivar en insuficiencia respiratoria, sepsis o abscesos pulmonares, por lo que consultar rápidamente ante los primeros síntomas es esencial.
Según el National Institutes of Health (NIH), el tratamiento puede incluir antibióticos, antivirales o antimicóticos, dependiendo de la causa. En los cuadros más severos, los pacientes requieren internación y oxigenoterapia. Y la recuperación, por su parte, puede tardar desde unos días hasta varias semanas.
Neumonía: prevención y vacunación
Aunque la neumonía puede ser grave, es una de las enfermedades respiratorias más prevenibles. La principal estrategia de control es la vacunación. En Argentina, el calendario nacional incluye dosis gratuitas contra el neumococo, la gripe y el COVID-19, dirigidas especialmente a los grupos de riesgo.
Desde 2024, también se incorporó la vacuna contra el virus sincitial respiratorio para mayores de 75 años y para embarazadas entre las semanas 32 y 36 de gestación.
Los especialistas recomiendan, además, medidas cotidianas que reducen el riesgo de infección: lavarse las manos con frecuencia, mantener los ambientes ventilados, evitar el tabaquismo y tener una buena alimentación. En el caso de los bebés, la lactancia materna durante los primeros seis meses de vida también brinda protección inmunológica.
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