El agujero de la capa ozono se cerró y señalan que se debe a un interesante fenómeno natural

Este 2024 la extensión del agujero fue mucho menor que otros años. Además, se dio un cierre adelantado durante la primera semana de diciembre, según confirmó el Servicio Meteorológico Nacional.

El agujero de ozono de este año comenzó a formarse recién a finales de agosto, más tarde que con 2023.

El agujero de ozono de este año comenzó a formarse recién a finales de agosto, más tarde que con 2023.

El agujero de la capa de ozono y sus causas siguen siendo analizadas. Pero este 2024 sucedió algo inesperado: la extensión del agujero fue mucho menor que otros años. Además, resultó llamativo su cierre adelantado durante la primera semana de diciembre, según confirmó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

“Con una extensión máxima de aproximadamente 22 millones de kilómetros cuadrados hacia finales de septiembre, el agujero de ozono marcó una diferencia notable respecto a los años recientes, en los que el área con disminución de ese gas alcanzó extensiones significativamente mayores”, publicó el SMN. Al punto de que llegó a posicionarse sobre el sur de la Argentina.

El ozono sirve de protector para la Tierra, esparcido por los 35 kilómetros de espesor de la estratósfera. Cualquier daño sobre él aumenta la radiación ultravioleta, con consecuencias dañinas para el medio ambiente y la vida terrestre: cáncer de piel, problemas oculares, disminución de las cosechas, y perjuicios a los bosques, entre otros.

Se cerró el agujero de la capa de ozono: ¿a qué fenómeno se debe?

El agujero de ozono de este año comenzó a formarse recién a finales de agosto, más tarde que con 2023, apunta Pablo Sigal en Clarín. Desde el Observatorio de la Tierra de la NASA relacionaron este comportamiento a un calentamiento estratosférico repentino en julio y agosto.

"Estas perturbaciones, poco frecuentes, suelen alterar las condiciones necesarias para la formación del agujero de ozono", explica Sigal. Para septiembre de este año, el agujero llegó a 15 millones de kilómetros cuadrados y en noviembre llegó a 10 millones.

volcan hunga tonga
La erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022 alteró la química de la estratosfera,

La erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022 alteró la química de la estratosfera,

El volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai vivió una erupción en enero de 2022 y esto supuso una inyección de vapor y dióxido de azufre. Esto alteró la química de la estratosfera y provocó una pérdida del 7% de la capa de ozono, según Sigal. La información fue publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Las previsión tras la erupción del volcán en Tonga era que sus consecuencias climáticas alcanzaran hasta cinco años, con el consecuente calentamiento de la Tierra. En lo que concierne a la capa de ozono, sin embargo, todo indicaría que su impacto empieza a debilitarse, sostiene Sigal.

Según el SMN, en este proceso “el calentamiento global juega un papel paradójico": la troposfera se calienta y la estratosfera tiende a enfriarse, lo que facilita la formación de nubes estratosféricas polares y los procesos químicos que destruyen el ozono.

La protección de la capa de ozono

La acción humana es clave en el cuidado de la capa de ozono y la Argentina ha participado activamente de los esfuerzos globales por su restauración. El país ratificó el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa, con dos leyes sancionadas en enero y septiembre de 1990.

Las acciones emprendidas con el fin de reducir el consumo de clorofluorocarbonos (CFCs), agotadores de la capa de ozono, permitieron que el país cumpliera con las medidas de reducción requeridas globalmente. En 2010 se llegó a la primera fecha de eliminación internacional de algunas de las sustancias controladas por el protocolo, en particular los CFCs, los halones y el tetracloruro de carbono. Durante medio siglo estas sustancias fueron usadas como gases refrigerantes, propelentes de aerosoles y para la limpieza de circuitos electrónicos, entre otros fines.

El Protocolo de Montreal logró eliminar el 99% de estos compuestos a nivel global. “Sin embargo -dice el SMN-, los expertos destacan que la recuperación completa podría extenderse hasta mediados del siglo XXI" y esto depende de la continuidad de las regulaciones y de la evolución del cambio climático.

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